Pata de perro / Aprender a viajar

AutorAlonso Vera

Comparar es un acto reflejo. Más allá de la vanidad es una herramienta para la supervivencia; punto de partida para la innovación. Como consecuencia, comparar las experiencias, propias o ajenas, nos permite hoy tomar decisiones a gran velocidad y con fuentes ilimitadas.

No hacerlo implicaría quedarse estancados, viviendo en un eco donde nos decimos a nosotros mismos que no existe el mundo más allá de nosotros mismos y de nuestras comunidades, físicas o virtuales.

Sin embargo, comparar la vida de uno con la del otro es una constante que aqueja nuestros días. La existencia manifiesta en redes sociales, esa realidad filtrada, condensada en instantes "perfectos", disminuida sólo a situaciones climáticas, nos hace olvidar que también hay placer en los errores, y en las imperfecciones.

Sentir los últimos rayos del sol aquel día en el que al fin te encuentras de frente con la costa del Pacífico. Acariciar la espuma que dejan las olas sobre una alfombra con partículas diminutas que, si las escuchas con atención, te cuentan las más bellas historias. Darle un abrazo al viento y al agua, y repetir la dosis, una y otra vez, como si fuera siempre la primera ocasión. Cantar sin música y reír con la compañía, propia y ajena. Sentir hambre y tantas ganas de ir al baño. Aun así quedarse apreciando las nubes y el cielo estallando en mil tonalidades hasta que salgan las estrellas. Aprender que al ocaso comienza la "hora mosquito". Sufrir como consecuencia no menos de una decena de piquetes. Eso no importa, y al mismo tiempo es eso lo que hará de una regadera, una cena caliente, una cerveza fría y un ungüento el complemento perfecto para la experiencia.

Similar es hacer que tu cuerpo supere sus miedos para recibir a cambio la vida eterna. Es cantarle al alba tus sueños, y despertar para volar como un águila sobre las cumbres de tu infancia, vestidas desde entonces con bosques de oyamel. Rodeando aquel lago de aguas profundas, donde seguramente viven aún mis recuerdos de Valle de Bravo.

Dejando que el...

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