Pata de perro / 'Turismo tóxico'

AutorAlonso Vera

"Llegará un tiempo en que los pájaros caerán del cielo, los animales morirán, el mar se ennegrecerá y los ríos correrán envenenados. En ese tiempo, hombres de todas las razas y pueblos se unirán como guerreros del arcoíris ...".

Profecía lakota.

A lo largo de los años que he tenido el privilegio de viajar he comprendido que el buen clima es un estado de ánimo, y el destino perfecto una actitud. Aprender desde niño a hablar con "extraños" ha sido la mejor herramienta para dar la vuelta al mundo, más incluso que una cámara o un bolígrafo. Viajar también me ha permitido dar contexto a lo conocido y comprender que la industria del turismo es más de lo que imaginamos.

Hoy significa para México el 9 por ciento del PIB, con dividendos y rendimientos financieros per cápita superiores a los del petróleo, según me lo contó Roberto Borge, gobernador de Quintana Roo hace unos días. Sin embargo, el contexto sobre el cual se edifican tantos sueños e ilusiones aún atiende otros intereses: los del beneficio inmediato. Como consecuencia de nuestra desidia e ignorancia estamos fomentando lo necesario para el desarrollo del "turismo tóxico", una suerte de ramificación del ecoturismo.

Un primer avistamiento

Aún era de madrugada. Los primeros rayos comenzaron a dibujar la silueta del escollo en la bahía. Allí, bajo el manto cristalino, nos aguardaban peces de todos colores, leones marinos, mantas y, tal vez, tiburones martillo. Podía sentir cómo la emoción se apoderaba de mis sentidos, surcando mi espalda a manera de un intenso escalofrío. Adoro el olor del neopreno por la mañana, casi tanto como la posibilidad de mirar con mis propios ojos lo que acontece en las entrañas del mar cuando se practica buceo. Me arrojé al agua. Quise probar la sal.

Limpiar mi cuerpo. Purificar mi ser. Y cuando comenzó el descenso mis sentidos se afinaron. Allí estaba de frente, mirándome a los ojos, coexistiendo con algunas de las formas de vida más nobles de la naturaleza. Su nado torpe, casi hipnótico, como el de una medusa. Una estela característica. Un efecto inmediato. Era el infame "pez pañal", un ser visible en el Pacífico mexicano, en donde muchas de las playas pueden ser consideradas como "destinos tóxicos".

Y así otros sitios. Los restos de la planta nuclear de Chernobyl, 100 kilómetros al norte de Kiev, en donde su reactor 4 explotó en 1986 desperdigando nueve toneladas de material radioactivo -90 veces más del expuesto tras la bomba en Hiroshima-, se identifica como el...

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