Perfiles y Rasgos

AutorHoracio Andrade

Una fábula real

Hace alrededor de 40 mil años, habitaban en Europa y el cercano Oriente los integrantes de una especie a la que hoy se conoce como los Neandertales, que habían dominado esa región durante más de 200 mil años. Un día entraron a escena los Cromañones o humanos modernos, provenientes de África; 10 mil años después, los neandertales habían desaparecido por completo.

¿Qué sucedió? Las hipótesis son muchas, aunque una de las más aceptadas es la que atribuye la extinción de los neandertales a su incapacidad de competir con los humanos, más adaptables al medio.

Los neandertales eran de complexión robusta, con una enorme fuerza física, extremidades cortas y un cerebro más grande que el nuestro (lo que no implica que fueran más inteligentes). Todas estas características les permitieron sobrevivir en un clima gélido, característico de las regiones que habitaban. Tendían a permanecer largas temporadas en una sola área, hasta que agotaban sus recursos, y vivían al día, al parecer sin ningún sentido del futuro. Seguramente su poca movilidad hizo que, cuando tuvieron que alejarse de su territorio original para huir de los invasores, se encontraran con entornos desconocidos y amenazadores que terminaron por destruirlos.

Los cromañones, en cambio, tenían una anatomía más flexible, cultura más refinada, tecnología que les permitía entre otras cosas cazar a distancia, prendas de vestir más eficaces para combatir el frío y, sobre todo, mayor inteligencia, con la que planeaban a futuro y cambiaban de territorio de una estación a otra, en busca de sustento. En pocas palabras, esta especie, la nuestra, no tenía que esforzarse tanto como los neandertales para sobrevivir; la prueba es que llegó a convertirse en la dominante.

Neandertales y cromañones organizacionales

Esta historia tiene una clara moraleja: los que sobreviven no necesariamente son los más fuertes, sino los más aptos, es decir, los que mejor responden a las condiciones de un entorno cambiante.

Esto lleva a pensar que, contrariamente a lo que se cree, los neandertales no se extinguieron del todo. Cuando se ve el modo de comportarse de muchas empresas y su incapacidad para actuar con rapidez y efectividad ante los retos que les impone el entorno cambiante en el que operan, se puede entender fácilmente por qué tantas de ellas han desaparecido, aun después de haber dominado su mercado durante mucho tiempo. Como prueba podemos citar los...

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