PERFILES Y RASGOS

AutorHoracio Andrade

LOCUS DE CONTROL

Una popular canción del grupo ochentero Mecano, que lleva por título "La fuerza del destino", podría muy bien describir uno de los rasgos más característicos de la llamada psicología del mexicano: la tendencia a considerar que todo, o casi todo, está predeterminado por agentes contra los que nada podemos hacer, por lo que la capacidad para trazar nuestro propio camino es muy limitada.

En esto diferimos de otras culturas, en las que la creencia es muy diferente: la gente no sólo puede, sino hasta debe, hacerse cargo de sus propias decisiones y asumir las implicaciones que éstas le acarreen.

En nuestra cultura, y por ende en la cultura de trabajo en México, es muy común escuchar frases como "ya estaba en Dios", "no le tocaba", "tenía que suceder" y otras por el estilo, por no hablar de los refranes populares como los que afirman que "cuando Dios dice a fregar, del cielo caen escobetas", o "el que nace para maceta del corredor no pasa", que niegan toda posibilidad de cambio y crecimiento.

Ciertamente estos dichos difieren mucho del "where there is a will, there is a way" (donde hay un deseo o voluntad de hacer algo, hay un camino) de los anglosajones.

Estas actitudes ante la vida encuentran su explicación psicológica en el concepto de "locus de control", que se refiere al lugar donde consideramos que está el control de nuestras acciones y de lo que nos sucede. Los especialistas distinguen entre el locus externo y el interno, dependiendo de si se cree que son terceros o uno mismo quien decide nuestro destino.

Las personas que tienen un locus de control externo atribuyen a otros -la divinidad, el jefe, la pareja, el gobierno o cualquier otro agente- sus bienes y sus males, con una casi nula intervención propia. Por el contrario, las que cuentan con un locus interno se hacen responsables de mucho de lo que les sucede, porque consideran que fue producto de su decisión.

Cuando estos factores se han estudiado en diferentes culturas, se ha encontrado que en la nuestra tiende a predominar el locus externo de control. Resulta curioso que hasta cuando un aparato cualquiera no funciona por más que intentemos, la frase que utilizamos es "no quiere", como si tuviera la voluntad y la capacidad de hacernos pasar un mal rato.

Asumir las consecuencias

En cambio, en las culturas en las que predomina el locus interno, las personas actúan con proactividad y, sobre todo, con la responsabilidad plena de lo que hacen y consideran que pueden influir...

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