PERFILES Y RASGOS

AutorHoracio Andrade

INTELIGENCIA CONTEXTUAL

El mundo actual, este en el que nos ha tocado vivir, se caracteriza por el cambio constante, la incertidumbre y el desmoronamiento de muchos de los paradigmas en los que se sostenía nuestro modelo de realidad. Ahora más que nunca es aplicable aquella famosa frase de Ortega y Gasset: "Yo soy yo y mis circunstancias".

En efecto, no se puede vivir sin considerar todo lo que sucede a nuestro alrededor, y más allá de nuestra inmediatez, porque de lo contrario, las decisiones que tomemos correrán el riesgo de no ser las adecuadas.

De unos años para acá está de moda hablar de los diferentes tipos de inteligencia que podemos tener los seres humanos y, dado este entorno tan complejo en el que estamos insertos, se podría agregar una más a la ya larga lista que en los últimos años se ha desarrollado: la Inteligencia Contextual.

Por supuesto que no es una inteligencia propuesta por Gardner, Goleman, Albrecht o cualquiera de los demás autores que trabajan en estos temas, ni está validada por un estudio científico previo, pero puede funcionar el concepto para ilustrar lo que a muchas personas les está faltando en el momento por el que atravesamos.

En efecto, nadie puede poner en duda que estamos enfrentando en el mundo y en el país una serie de problemas que se han agudizado paulatinamente, y a veces exponencialmente: violencia, crisis económica, incertidumbre, enfermedades y trastornos climáticos, por hablar sólo de los más evidentes.

Todo esto ha hecho que el sector productivo afronte retos enormes, que ha tenido que sortear con ajustes presupuestales, recortes de personal, congelamiento de proyectos y otras medidas que en algunos casos han sido las adecuadas y en algunos más solo han sido una respuesta al pánico que esta situación genera en muchos.

Precisamente ahí está la cuestión relacionada con la inteligencia contextual: la respuesta a las crisis, problemas y retos depende fundamentalmente de la forma como se les percibe. En un extremo están quienes los ven exclusivamente en su aspecto negativo, amenazador, "catastrófico"; en el otro, quienes los niegan o los ven como algo que no debe preocupar en absoluto, sea porque no se consideran graves o porque se piensa que se cuenta con todo lo necesario para hacerles frente fácilmente.

La justa dimensión

Tanto en un caso como en el otro, se carece de inteligencia contextual; para decirlo de otra forma, exagerar o minimizar las situaciones críticas demuestra que quienes así...

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