'Permítannos disentir'

AutorSilvia Garduño y Verónica Sánchez

Convencidos de que la elección presidencial no fue limpia, miles de jóvenes del movimiento #YoSoy132 salieron otra vez a las calles, adentrándose esta vez a un territorio poco común para realizar protestas: la zona residencial y empresarial de Polanco.

Desde los balcones y ventanas de casas, edificios y hoteles, desde los restaurantes y las boutiques, desde los edificios en construcción y los corporativos, residentes y empleados, albañiles y transeúntes, interrumpieron sus actividades para observar el paso del numeroso contingente que protestaba por la victoria del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto.

"¡Fuera Peña, fuera Peña!", "¡México votó y Peña no ganó!", gritaban.

Araceli Trujillo, secretaria de una notaría en Arquímedes, sacó un cartel que explicaba las 10 estrategias de manipulación mediática de Noam Chomsky, y se sumó al "¡Fuera Peña!".

"Nosotros porque estamos trabajando, pero si no, ya estaríamos ahí con ellos", dijo.

Metros adelante, llegando a Homero, una joven de lentes mostró desde su balcón un cartel con un "No a Peña".

"¡Ese apoyo sí se ve!", recibió por parte de los estudiantes.

De las oficinas de Homero 543, bajó junto con más colegas Alexandra, de nacionalidad colombiana.

"No se puede avalar una elección con compra de votos y deshonestidad, por eso América Latina no avanza", opinó.

Ante la presencia de los inconformes, algunos comercios, como la cocina "Pasadita", bajaron sus cortinas o cerraron sus puertas.

"Qué bueno que vinieron, porque aquí hay muchos ricos", dijo Rufina, propietaria de un puesto de periódicos y dulces en una esquina de Schiller, cuyo hijo adolescente se integró, como otros, al contingente.

Con el ánimo exacerbado, algunos jóvenes lanzaron consignas -por primera vez abiertamente en una marcha de #YoSoy132- a favor del candidato del Movimiento Progresista: "¡Es un honor estar con Obrador!".

El movimiento convocó a sus integrantes a reunirse en la Estela de la Luz a las 14:00 horas, punto desde donde se trasladarían al Monumento a la Revolución, previsiblemente por Paseo de la Reforma. Pero la ruta, improvisada sobre la marcha, fue mucho más compleja: tomaron Lieja, Leibnitz, Campos Elíseos, Arquímedes, Homero, Thiers, el Circuito Interior y la Ribera de San Cosme.

La lluvia amenazaba con parar la movilización, pero a los jóvenes les tenía sin cuidado, pues "ni la lluvia ni el viento, detendría el movimiento", decían.

Estaban enojados y decepcionados de no haber podido impedir el triunfo...

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