Petróleo: Una reforma embrionaria

AutorMartha Martínez

A cuatro años de la aprobación de la reforma energética, el paradigma de libre mercado que sustituiría al modelo cardenista de país petrolero no termina de cuajar.

La reforma aprobada en 2013, que le abrió la puerta a la participación privada en la industria energética nacional, se aplica a cuentagotas y algunos de los resultados derivados de ésta en el corto plazo generan más irritación social que los beneficios económicos prometidos.

Desde la aprobación de la reforma, el precio de la gasolina aumenta sin parar, las condiciones en las que opera Pemex no han mejorado y aún no son tangibles los beneficios de la incursión de la iniciativa privada nacional y extranjera en el sector.

Aunque el gobierno federal advirtió que la reforma energética requeriría tiempo para cristalizarse, especialistas como Miriam Grunstein indican que, si su implementación mantiene su ritmo actual, los beneficios de ésta tardarán al menos una década en hacerse patentes.

¿AVANCES?

Hasta ahora, los avances más visibles en la implementación de la reforma son la liberalización del precio de la gasolina, la incursión de empresas privadas en el mercado y la adjudicación de contratos de exploración y extracción de hidrocarburos a empresas privadas nacionales y extranjeras.

En 2016, se instaló la primera estación de venta de gasolina de una marca diferente a Pemex y, de acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE), desde entonces se han establecido alrededor de 2 mil 215 en todo el país, lo que representa cerca del 20 por ciento del mercado.

El 58 por ciento de estas estaciones pertenecen a cinco marcas: Oxxogas, Gasolred, Petro7, Hidrosina y Redco.

Información del organismo indica que, hasta enero pasado, sumaban 33 nuevas marcas con estaciones de servicio en todo el país, entre las que se encuentran también British Petroleum, Shell, Chevron, G500, FulGas y VipGas.

A partir de enero de 2017, el precio de la gasolina comenzó a liberarse y, en este año, se liberó ya en todo el país, con lo que el costo del combustible dejó de establecerlo Pemex y comenzó a regirse por el mercado.

Derivado de esta acción, hoy el litro de gasolina Magna llega a costar 18.5 pesos y 19.89 pesos el de Premium.

Antes de la reforma, el costo de la gasolina Magna era de 12.13 pesos por litro, y el de la Premium de 12.69 pesos.

Otra de las medidas derivadas de la reforma energética fueron las rondas petroleras; es decir, procesos de licitación a través de los cuales la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) pone a concurso áreas petroleras a fin de que empresas privadas nacionales y extranjeras compitan por su adjudicación.

En 2014, se llevó a cabo la Ronda Cero, cuyo objetivo fue otorgarle a Pemex el derecho a elegir la áreas con las que se quedaría para continuar con la exploración y extracción de hidrocarburos. La empresa mantuvo el 84 por ciento...

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