Empresa/ Pidiregadas

AutorAlberto Barranco Chavarría

Más aún, la obra calificada por la palabrería como orgullo de México, está obligada a realizar las pruebas-piloto de funcionamiento, a la vera de la raquítica capacidad instalada, en condiciones que convocan a la lástima. Estamos hablando de la utilización de destilados transportados en barco del puerto de Dos Bocas a Ciudad Madero... de donde se bombean a la zona colindante con la ciudad de Monterrey.

El oleoducto, es decir el artífice, el punto central, la estrella de la función del esquema para la transformación de petróleo crudo en gasolina, no ha podido conectarse en la sospecha de que la tubería utilizada es de segunda. La corrosión es tan evidente, que muchos técnicos dudan que pudiera pasar la mínima confrontación con la norma internacional vigente.

Así como lo lee usted.

La paradoja del caso es que el consorcio de mayoría coreana encargado del proyecto implementado bajo el esquema de Pidiregas -Proyectos de impacto diferido en el registro del gasto-, está poniendo en la mesa reclamaciones por supuestos incumplimientos en las cláusulas del contrato, por un monto aproximado de mil millones de dólares... es decir, algo más del 40 por ciento del importe total de la obra.

A quién le importó si el papel exigía que la totalidad de la obra estuviera entregada el dos de julio pasado, tal vez para darle un toque de espectacularidad al proceso electoral, de cara a los votantes de Nuevo León... total, a los contratantes se les olvidó -o de plano soslayaron la posibilidad si existía-, el fijar penas pecuniarias frente a los retrasos, pactándose, eso sí, plazos de gracia frente a la posibilidad de eventualidades.

A quién le importó, en abundancia, si al paso de los meses Petróleos Mexicanos, a contrapelo del espíritu original del contrato, a cuya vera se espantó a la mitad de los licitantes originalmente inscritos, fue absorbiendo el cien por ciento de las garantías que correspondían en estricto al contratista, al aceptarse modificaciones sobre la marcha a los compromisos pactados.

A quién le importó, finalmente, si el responsable del proyecto acumulara decenas de facturas por cobrar de empresas mexicanas que actuaron como proveedores... de los escasos insumos nacionales utilizados.

La historia convoca a la ira de las empresas constructoras nacionales, con énfasis en el grupo ICA de Bernardo Quintana y Bufete Industrial de José Mendoza Fernández, que quedaron marginadas no sólo de ése, sino de proyectos similares para las refinerías de Tula y...

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