Empresa/ Pidiregas como Fobaproa

AutorAlberto Barranco Chavarría

Estamos hablando del esquema de inversión diseñado por el actual Gobierno para impulsar la participación privada en obras de infraestructura para Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, que en el papel permitiría financiar a largo plazo el costo, bajo el esquema de contrato de prestación de servicios... pero que en la práctica terminó gravitando como deuda pública.

El problema, lo adivinó usted, es que su contratación se realizó al margen del propio Congreso, es decir a espaldas de lo dispuesto por la Constitución.

Estamos hablando, pues, de un problema similar al que propició en su origen el escándalo Fobaproa, al pretender el Gobierno del Presidente Ernesto Zedillo que se asumiera como deuda pública el monto global de los recursos comprometidos para el rescate bancario... cuyo monto al llegar la frustrada petición al poder legislativo alcanzaba el inaudito de 750 mil millones de pesos.

¿Se acuerda usted de las interminables discusiones a la vera de la omisión del Ejecutivo, en cuyo marco saldrían a relucir inauditos actos de discresionalidad de los funcionarios involucrados?

Bien, pues en este caso estamos hablando de 20 mil millones... de dólares.

La bomba está ubicada en el informe sobre la Cuenta Pública de 1999 que descansa en la Contaduría Mayor de Hacienda de la Cámara de Diputados, cuya glosa correspondería a la Comisión de Vigilancia que en la anterior legislatura encabezaba el panista Fauzi Hamdan.

Insertado su objeto en el propio desglose de sus siglas: Proyectos de Infraestructura de Impacto Diferido en el Gasto, los Pidiregas, a juicio del Gobierno zedillista permitirían "incrementar el flujo futuro de ingresos, reasignar recursos fiscales hacia programas estratégicos y fomentar la participación privada" en inversiones con proa hacia las principales empresas públicas del país, es decir Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.

En tal caso concreto de esta última, el esquema apuntaba a la expansión de los sistemas de generación, así como el mantenimiento o construcción de instalaciones de transmisión y transformación.

El nuevo marco se planteó al Congreso en 1995, vía una modificación de la Ley de Deuda Pública, bajo el concepto de que su impacto no constituiría un problema para las entidades públicas beneficiadas.

Más al detalle, los Pidiregas cabían en tres grandes esquemas de la empresa paraestatal: el de Productor Externo de Energía y similares para obras asociadas; el de Construcción...

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