Piedra de Toque / Despedida a un combatiente

AutorMario Vargas Llosa

Había nacido en 1924 en Marsella y aprobado todos los requisitos que en Francia auguran una carrera académica de alto nivel (Escuela Normal Superior, agregación en Filosofía, militancia en la resistencia durante la ocupación) y enseñado en los institutos franceses de México y Florencia, donde aprendió el español y el italiano, dos de los cinco idiomas que hablaba a la perfección.

Su biografía oficial dice que su primer libro fue 'Pourquoi des philosophes?' (1957) (¿Para qué los filósofos?), pero, en verdad, había publicado antes una novela, 'Histoire de Flore', que, por excesivo sentido de autocrítica, nunca reeditó.

Aquel ensayo, y su continuación de cinco años después, 'La Cabale des dévots' (1962) (La Cábala de los devotos) revelaron al mundo a un formidable panfletario a la manera de Voltaire, culto y pugnaz, irónico y lapidario, en el que la riqueza de las ideas y el espíritu insumiso se desplegaban en una prosa tersa y por momentos incandescente.

Recuerdo haberlos leído sorprendido, sacudido, irritado y, a fin de cuentas, con inmenso placer.

Todos los grandes íconos en aquellos años quedaban bastante despintados en esos ensayos que denunciaban el oscurantismo gratuito, pretencioso y tramposo del lenguaje en que se expresaba buena parte de la filosofía de moda.

El panfleto, en el siglo XVIII, no era en modo alguno esa forma retórica de diatriba vulgar y casi siempre insustancial que define en nuestra época aquel concepto, sino una comunicación polémica de alta cultura, un desafío semejante a las cartas de batalla medievales pero en el orden de las ideas, que empleaban los mejores talentos, volcando en esos textos sus mejores prendas intelectuales, para llegar a un público más vasto que el de los especialistas.

Entre las mil actividades que desempeñó Revel, figura la de haber dirigido en la editorial inconformista de J.J. Pauvert una excelente colección, llamada "Libertés", de panfletos en la que figuraban Diderot, Voltaire, Hume, Rousseau, Zola, Marx, Breton y muchos otros.

A esa dinastía de grandes polemistas, rebeldes y agitadores intelectuales pertenecía Revel y fue una verdadera suerte para la cultura de la libertad que, en 1963, abandonara su carrera universitaria para dedicarse de lleno al periodismo y a escribir sus ensayos, que llegaron a un público muy vasto, gracias al esfuerzo que hizo siempre, muy coherente con las críticas que había formulado a sus colegas filósofos, de conciliar el rigor intelectual con la claridad de la...

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