Plasman sentimientos en estaño

AutorAlejandra Ordóñez

NAUCALPAN.- Labrar una lámina de metal con diseños que nacen por el sentimiento y emoción del ejecutante constituye la esencia del repujado, técnica de ornamentación cuyas primeras representaciones aparecieron hace seis mil años en Mesopotamia.

Repujar consiste en producir volumen, contornos y relieves sobre hojas de oro, plata, cobre, bronce, latón, zinc, estaño y aluminio; los cuales dan gran realce y luminosidad en piezas como cajas, alhajeros, marcos y cruces.

Alejandra Barrenechea, maestra de Repujado en la escuela Crearte explicó que siempre se debe trabajar sobre un diseño ya establecido, el cual deberá dibujarse en papel vegetal con la misma escala y tamaño de la madera o motivo que se pretende repujar.

"Sobre una superficie dura traspasamos el dibujo por el revés de la lámina del metal (parte mate y oscura). Continuamos dándole distintos grados de volumen y marcando contornos en las zonas que así lo requieran para que tome una apariencia más real",

"Las láminas con mayor demanda son el latón, plata y estaño; aunque el más utilizado es el estaño, ya que por ser más maleable se trabaja con suma facilidad", explicó la maestra.

Arte en repujado

Cada método tiene su nombre y utiliza instrumentos específicos; sin embargo las instrucciones del proceso a seguir en cada trabajo dependen de la forma del objeto a repujar y del grabado que se desea elaborar.

Según Barrenechea, cualquier persona, aunque no tenga conocimientos previos de pintura o alfarería, puede aprender los procedimientos en dos meses y, como todo trabajo, poco a poco se va perfeccionando.

Los creadores mencionan también que el repujado es una obra de arte, porque sobre una lámina puedes plasmar ideas, sentimientos, emociones y estados de ánimo.

"Es una terapia y algo que te ayuda a sacar tu creatividad y ser más tú, una forma diferente de decir lo que ves y sientes; mientras trabajas pierdes la noción del tiempo.

"Un mismo tema o dibujo ejecutado por cinco personas distintas son completamente diferentes en las expresiones de las caras y tocados; por ello su gran valor: no es un cliché", expresó Malú Contreras, alumna de Crearte.

Héctor Pochát, profesor de Anatomía en Repujado, dijo que cada maestro enseña su propia técnica para que el alumno la aprenda y adapte a sus necesidades.

"Es muy padre la anatomía porque al hacer los santos las manos no quedan muy estéticas y con la bidimensionalidad logras la tridimensionalidad, o sea el realismo de la mano; los trucos están en...

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