Más que platos, lienzos
Autor | Sofía Morales y Teresa Rodríguez |
Podría sonar a lujo o extravagancia, pero en la última década son cada vez más los restaurantes de alta cocina que buscan platos especialmente diseñados para presentar sus creaciones.
Las fundadoras de Nugar, Sandra García y su hija Katia Núñez, supieron aprovechar esta fiebre por las piezas únicas. Su marca, que apenas cumplió un año, ya está presente en Biko, Jaso, Talo, Agua y Sal, Limosneros... y hasta en El Celler de Can Roca.
"Nos dedicábamos a trabajar piedras naturales en pisos y remodelaciones. Íbamos a restaurantes y nos dábamos cuenta de que todos tenían el mismo plato blanco, por lo que surgió la idea de hacer algo diferente.
"Por la piedra, por el capricho y porque son hechas a mano, ninguna pieza es igual. Queremos que los chefs, además de por su comida, se diferencien por sus platos; que la gente recuerde su vajilla", explica Katia.
En la primera parte del proceso creativo, los propios chefs sacan a relucir el diseñador industrial que llevan dentro para hacer dibujos con especificaciones de tamaño, color y porciones que desean servir.
En esta materia, las creadoras de Nugar, reconocen la claridad y la vena artística de Mikel Alonso y todos los chefs de Biko. También confiesan que uno de sus compradores más exigentes es Juan Pablo Ballesteros, propietario de Limosneros.
Y si alguna colección les encanta de manera particular es la de temática marina que diseñaron para Rodrigo Estrada, chef de Agua y Sal.
"A partir de que platicamos con ellos, tardamos de ocho a 10 días en hacer un concepto con cinco o seis piezas. Hay unidades desde 400 hasta 3 mil 500 pesos, incluso puede ser que un plato se componga por dos y hasta tres piezas", agrega Sandra.
El material más socorrido es el mármol, seguido del ónix y la flourita, pero Nugar también trabaja diseños en aragonita, wulfenita y piedra volcánica.
Su taller, conformado por una familia de 12 artesanos, trabaja sólo con piedras mexicanas de Oaxaca, San Luis Potosí, Veracruz, Puebla, Torreón, Zacatecas, Chihuahua y Querétaro.
Una de las ventajas que Sandra destaca es la posibilidad de restauración. Una vez despostillados, la cerámica, el vidrio y la porcelana van a la basura; la piedra puede pulirse y abrillantarse para regresar a la mesa como nueva.
"Estas piezas son elementos que visten la mesa, obras de arte que ayudan a volver tu trabajo más espectacular y enaltecerlo de manera visual.
"No es lo mismo abrir un Petrus y tomarte el vino de la botella, a que te traigan una copa de...
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