Plaza Pública / Alejandro Avilés

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Es difícil privilegiar alguna de las vocaciones de Alejandro Avilés, el gran hombre bueno muerto el viernes pasado en Morelia (que vivió como su ciudad adoptiva, porque en ella nació su querida esposa Eva Sánchez Martínez, fallecida en julio de 2003), para poner el acento sobre ella. ¿Fue más maestro que periodista, más periodista que poeta, más militante político que editor y director? Recorrió todas esas rutas con entrega semejante, con frutos magníficos, con perseverancia silenciosa y ejemplar.

Sinaloense -nacido en La Brecha el 31 de diciembre de 1915- fue profesor a los 14 años, y a poco inició su trabajo en la prensa, así en Guamúchil como en Los Mochis. Al comenzar los años cuarenta llegó a la Ciudad de México, ya como joven militante del naciente Partido Acción Nacional. Aunque allí realizaría funciones de dirección (fue secretario del comité capitalino y miembro del nacional que encabezó Juan Gutiérrez Lascuráin, el primero después del decenio en que el PAN fue presidido por Manuel Gómez Morín) hizo su principal aportación al panismo como director de su órgano periodístico, el semanario La Nación.

Éste había sido fundado en 1941 por Carlos Septién García, que dejó la dirección en manos de Avilés en 1948. Desde entonces hasta 1963, "el profe" continuó el eficaz desempeño de ese periódico, que era capaz, si bien desde una perspectiva partidaria, de presentar informes que era imposible hallar en el resto de la prensa, por lo menos en la capital de la República. Avilés encauzó el desarrollo de reporteros como Horacio Guajardo (hoy prestigiado maestro en Monterrey) y como Manuel Buendía, de cuyo matrimonio con Dolores Ávalos fue Avilés padrino. Si bien el director de La Nación no rompió nunca con su partido, su celo militante disminuyó cuando en el PAN fue rechazada la opción democristiana en la que él creía y que era alimentada por su amistad con Rafael Caldera, que con esa fe política fue después presidente de Venezuela. Hoy, por cierto, Acción Nacional es integrante de la agrupación internacional de partidos de ese credo.

Para marcharse del semanario panista sin ruptura y sin escándalo, contrarios a su talante, Avilés aceptó la dirección de la escuela de periodismo de que había sido, estrictamente hablando, el primer profesor. Con su clase de castellano se abrieron allí los cursos el 30 de mayo de 1949. La escuela surgió de una iniciativa de la Acción Católica Mexicana, que durante los tres primeros lustros rigió la vida del...

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