Plaza Pública / Antonio Chedraoui

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El arzobispo metropolitano de la Iglesia católica apostólica ortodoxa antioqueña Antonio Chedraoui es un personaje mundano. Con frecuencia se le ve en el centro de saraos, como invitado, como anfitrión, como festejado. Su capacidad de convocatoria es amplia. Antaño la ejercía sobre todo en el mundo empresarial, especialmente entre personas de negocios de origen libanés y en las esferas del poder priista. Conforme Acción Nacional fue creciendo en el ejercicio del poder, algunos de sus miembros eminentes ingresaron al círculo de los intereses de monseñor, obviamente situado más allá de su ministerio, al que aquí no me refiero, pues su papel religioso es digno de todo respeto.

El año pasado, al celebrar tardíamente el cuadragésimo aniversario de su llegada a México, como obispo y vicario patriarcal (vino el 5 de junio de 1966 y el festejo ocurrió el 18 de noviembre de 2006), en el Centro Libanés la fiesta en torno de Chedraoui reunió a una gran cantidad de sus amigos, entre ellos el arzobispo de México Norberto Rivera Carrera y el obispo de Ecatepec Onésimo Cepeda. Los tres practican un ecumenismo digamos que epicúreo, pues se reúnen en torno de viandas y en medio de regocijos. También asistió entonces Margarita Zavala, cuyo esposo era en ese momento Presidente electo. E igualmente acudieron el secretario de Seguridad Pública Eduardo Medina-Mora Icaza y la ya ex coordinadora de campaña de Felipe Calderón, Josefina Vázquez Mota. Por supuesto, estuvo invitado el gobernador de Puebla Mario Marín, amigo de Chedraoui, asiduo concurrente a sus festejos. Tal vez debido a la importancia de la comunidad libanesa en la capital de ese estado llegó a asegurarse que Kamel Nacif, que pertenece a ese grupo social, había recibido apoyo del arzobispo ante el gobernador, lo cual fue negado por el conspicuo hombre de Iglesia. Es de aceptarse su negativa, pues la cuatachería mostrada en la conversación entre Nacif y su góber precioso indica que su relación es fluida y profunda y no necesita de intermediarios.

Salvo la esposa del presidente Calderón, que en buena hora sigue siendo como es, y aun en mayor medida que antes practica una inteligente discreción (por lo cual esta vez no asistió), las personas mencionadas, entre muchas otras, celebraron el miércoles el cumpleaños número 75 del arzobispo (nacido en Trípoli, Líbano, el 17 de enero de 1932). Sólo que los de entonces ya no son los mismos, pues Vázquez Mota es ahora secretaria de Educación Pública y...

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