Plaza Pública / Berganza prófugo

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Un oscuro nexo vincula al gobierno priista de Hidalgo con el ex diputado Francisco Xavier Berganza, que lo hace no sólo incumplir órdenes de aprehensión contra el ex candidato panista a la gubernatura hidalguense, por delitos graves, sino que busca exonerarlo, al punto de ofrecer el pago del adeudo que originó el episodio criminal en que está envuelto el ex cantante.

Reforma publicó el miércoles pasado una información atribuida al procurador de justicia de aquella entidad, Juan Manuel Sepúlveda, sobre la situación legal de Berganza, que terminó sus días políticos defeccionando del PAN para apoyar la candidatura presidencial de Francisco Labastida, creyendo hacer una opción triunfadora. Dijo Sepúlveda, según el reporte de Javier Peralta, corresponsal de aquel diario en Pachuca, que la dependencia a su cargo "mantiene una búsqueda intensa" del ex cantante, "para dar cumplimiento a la orden de aprehensión girada por el juez tercero penal, Ciro Juárez". Pero mientras en ello se empeña el procurador Sepúlveda, sin mucho éxito no obstante el largo tiempo transcurrido desde que un primer mandamiento judicial fue expedido, en otras oficinas del gobierno hidalguense se intenta una extraña operación destinada a que Berganza "no pise nunca la cárcel", según se ha expresado.

La tenebrosa historia comenzó hace más de dos años, cuando César Islas Hernández quiso hacer efectivo un crédito por 700 mil pesos que le adeudaba Berganza. Después de desertar del PAN y perder su apuesta en favor del PRI, el ex cantante se disponía a ser candidato de Convergencia a la alcaldía de Tulancingo, para lo cual quería tener un expediente limpio. En un absurdo trastocamiento de valores, en que terminó ensuciando su no demasiado pulcra trayectoria política, quiso deshacerse de un adeudo no cubriendo su importe sino incurriendo en un delito. Según confesarían en su momento, tres empleados del político fallido: Isaac Garay Beltrán, Josafat Abarca Maldonado y Rodimiro Lorenzo Reyes fueron pagados por Berganza para secuestrar a su acreedor, forzarlo a firmar un recibo sobre la cantidad adeudada, que liberara a su patrón del débito y finalmente privarlo de la vida.

Los empleados de Berganza cumplieron la primera parte de la encomienda. El 21 de septiembre de 2002 capturaron a Islas Hernández en su rancho, y lo retuvieron durante dos días, con el propósito mencionado. Pero hicieron su tarea de modo tan desaprensivo que empleados del acreedor atestiguaron el secuestro...

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