Plaza Pública/ Las caras del PRI

AutorMiguel Angel Granados Chapa

A nadie sorprende el doble discurso de Roberto Madrazo. Recuerda, aunque a la inversa, el viejo chiste del cocodrilo opositor, que en cuanto claro de la selva se podía, vociferaba contra el autoritarismo del león, el rey de la jungla, hasta que un día el propio afectado se presentó a oírlo, y el saurio tímido sólo acertó a decir de sí mismo: "pues yo aquí, nomás de hocicón". La suavidad del líder priista ante el presidente de la República, explicable por la alianza política que los vincula, se trocó el sábado en ruidosa contundencia contraria a Vicente Fox. Es que Madrazo, como su interlocutor en Los Pinos, es un expositor flexible y amable con su público, listo a ofrecer lo que al auditorio le plazca. Puesto que su obsecuencia ante Fox inquietó a su partido, ahora emitió el mensaje contrario. Es un valor entendido con la Presidencia.

El propio Fox propició la mudanza del tono. Su oferta de gobernar juntos el cambio fue contradicha días después. En la entrevista radiofónica madrileña en que confundió a San Isidro con San Fermín (para que se vea que sus deslices no se limitan a la literatura y a la historia) dijo también algo que ninguna autoridad se había atrevido a decir, porque no hay bases legales públicas para hacerlo: que el PRI recibió parte de los fondos sustraídos de Pemex. Se conoce, por filtraciones ocurridas en esa coladera que es la Procuraduría General de la República, el itinerario que llevó casi 600 millones de pesos a la campaña priista del 2000, desde el sindicato petrolero, que los había a su vez recibido de Pemex sin razón jurídica válida. Pero hasta ahora lo único cierto legalmente, a lo único a que puede referirse de modo formal un funcionario, y con mayor razón el presidente de la República, es al primer tramo de esa cadena: el peculado y el ejercicio indebido de funciones de integrantes de la dirección de la empresa petrolera nacional. Y sin embargo, el Presidente se anticipó a revelar un hecho todavía no acreditado por la procuración de justicia, como si chismeara con sus amigos en el café.

El PRI no acusó recibo de esa acusación, como a su turno el Presidente ignorará lo dicho por Madrazo ante el consejo político nacional. Hemos de aprender a diferenciar, de aquí en adelante, lo que se digan en público de lo que conversen en privado. El estruendo de los discursos contrastará con la suavidad de las charlas que conduzca a acuerdos adoptados en casas como la de Francisco Ortiz, el ex vocero presidencial que reunió por...

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