PLAZA PÚBLICA / Crisis francomexicana

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

La tensión entre los gobiernos de Francia y México llegó a un punto crítico al frustrarse el programa de actividades culturales mexicanas en aquel país y cuando las autoridades de las dos naciones cruzaron juicios y anuncios que empeoran la situación.

El presidente Sarkozy ha hecho del proceso a su compatriota Florence Cassez un tema personal. Después de que en su visita a México introdujo el caso en una agenda que no lo incluía, recibió anteayer a los padres de la ciudadana francesa sentenciada a 60 años de prisión por secuestro y otros delitos. Con ellos a sus flancos ofreció una conferencia de prensa en que, en su calidad de anfitrión y autor de la iniciativa del Año de México en Francia, anunció que ese proyecto se realizaría. Dijo que suspenderlo "sería una ofensa para el pueblo mexicano y, por lo tanto, una decisión perfectamente inoportuna y contraria para los dos pueblos". Decidió proceder de ese modo después de conversar telefónicamente con la prisionera, quien le pidió mantener el programa. Quizá le sugirió, porque eso había declarado, que en las actividades se recordara su situación. Por eso Sarkozy dijo que el festival sería dedicado a Cassez.

Dijo algo más el mandatario francés. Reveló que el presidente Felipe Calderón le escribió "que planeaba la transferencia de Florence Cassez", cuya negativa actual es el punto de fricción del que partieron las actividades y declaraciones que han llevado a esta crisis a la relación bilateral. Salvo que el presidente francés haya llegado al extremo de mentir para justificar su posición, y no se haya ofrecido tal paso, será útil conocer el documento aludido, para saber qué condiciones cambiaron al punto de que ahora se rehúsa el traslado de la presa a su país de origen.

El lunes por la tarde, sin referirse a ese apunte, el gobierno mexicano canceló su participación en el conjunto de actividades programadas para este Año. La Secretaría de Relaciones Exteriores reaccionó de inmediato con tono áspero. Tras explicar que la prisión de Cassez obedece a decisiones judiciales ajenas al Ejecutivo, la Cancillería lamentó "que se pretenda vincular un caso del orden estrictamente penal con las relaciones entre dos naciones que han mantenido una larga historia de amistad y una profunda afinidad de valores". Calificó como "realmente sorprendente que un jefe de Estado tome una decisión de política exterior que afecta los vínculos entre dos pueblos y gobiernos en consulta con una persona condenada por la...

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