Plaza Pública/ Dos partidos en la encrucijada

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Esta semana será definitoria para los dos partidos derrotados el 2 de julio pasado. El de la Revolución Democrática efectuará en Zacatecas, del martes al viernes, su sexto congreso nacional, que intenta ser fundacional y que, por lo pronto, deberá impedir que sus querellas internas lo hagan estallar. El Revolucionario Institucional convocará el próximo sábado a su decimoctava asamblea nacional y al día siguiente resolverá su candidatura a gobernador de Tabasco, un proceso local cuyos alcances repercutirán, como ha ocurrido en el pasado reciente, en el futuro de todo el PRI.

A punto de cumplir 12 años de edad, el PRD se propone nacer de nuevo. Lo hace en medio de varias ambigüedades, que precisamente el congreso zacatecano buscará resolver. Si bien ese partido resintió pérdidas graves en los comicios federales del año pasado (cuando su candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas quedó en un lejano tercer lugar respecto de sus contendientes, y se redujo el tamaño de las bancadas parlamentarias), mantuvo el gobierno de la Ciudad de México, mucho más importante que una gubernatura estatal, y además ejerce el Poder Ejecutivo en otras entidades. Se han adherido al PRD, además, tres de los gobernadores que recién egresados del PRI fueron elegidos con el apoyo perredista: los de Baja California Sur, Leonel Cota; Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya; y Zacatecas, Ricardo Monreal. Y aunque Pablo Salazar conserva la independencia que le permitió ser candidato de la más vasta coalición hasta ahora organizada, y aunque lo hostigan miembros del PRD local, su política y su talante son más cercanos a ese que a otros partidos que lo postularon.

En el futuro inmediato dos elecciones locales enriquecerán la capacidad perredista de mostrarse como una opción de gobierno. Es posible anticipar la victoria de César Raúl Ojeda Zubieta en Tabasco, en una decisión con que los ciudadanos reivindicarían lo que fue su primera opción en los anulados comicios del 15 de octubre. Los del 5 de agosto dependen todavía de muchos factores no resueltos (como la inanición del Consejo electoral, que en el papel cuenta con un presupuesto exagerado, sospechoso; pero en la vida real padece penurias igualmente provocadoras de suspicacias), pero las tendencias y los acontecimientos favorecen al candidato perredista.

La mínima ventaja que formalmente obtuvo el PRI en las elecciones anuladas puede ser menor y aun desaparecer por las escaramuzas internas, cuyos contendientes se han multiplicado, y que buscarán la nueva candidatura en una convención de delegados, el próximo domingo. En cambio, la tenacidad y la eficacia política de Ojeda le ha permitido ensanchar su espacio, con lo que puede superar la desventaja que se le atribuyó en octubre...

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