Plaza Pública/ Ex Muñoz Ledo

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Al descubrir sus conversaciones con Porfirio Muñoz Ledo, el gobierno devaluó la adhesión del candidato parmista a la causa de Vicente Fox (cualquiera que ella sea). Ese apoyo tenía una densidad y un peso específico el martes 9 de mayo. Tiene otro, notoriamente disminuido a partir del miércoles 10. Ese fue el objetivo perseguido y logrado por la revelación a cargo de Armando Labra. La intensidad de esa acción demoledora, cuyos orígenes son atribuibles a Muñoz Ledo, quien dio ocasión para el golpe de mano gubernamental, muestra el grado de preocupación que los avances del candidato de la Alianza por el Cambio genera en los círculos oficiales.

Nadie en su sano juicio estima que los datos procedentes de las encuestas sean artículos de fe, dogmas en cuya validez sea obligado creer. Para saber cuán divergentes son los resultados de sondeos que presumiblemente miden la misma realidad, basta cotejar los porcentajes de preferencias de voto ofrecidos el 11 de mayo por dos agencias de investigación de la opinión pública. Mientras que por cuenta del PRI la empresa Pearson atribuyó ese día el 45 por ciento a Francisco Labastida (y 39 por ciento a Fox), la firma Zogby, en una encuesta pagada por Reuters, dio al panista el primer lugar, con 46.3 por ciento (y a Labastida el 41.6 por ciento). Nadie puede otorgar excesivo crédito a instrumentos que difieren tanto. Pero parece fuera de duda que, con el grano de sal con que deben ser tomadas sus

cifras, los sondeos preocupan al gobierno. Y lo preocupaba en mayor medida el efecto que podría

tener la adhesión de Muñoz Ledo a Fox, el que anticipadamente repitiera esta vez el gesto con que en 1991, al alzarle la mano en la contienda por la gubernatura de Guanajuato reforzara la legitimidad del alegato triunfador del aspirante panista.

Por eso se dieron a conocer los encuentros de Muñoz Ledo con Diódoro Carrasco, Jorge Madrazo y el propio Labra. Las dificultades entre el PARM y Nueva República, augurables desde que asociaron sus destinos y perceptibles desde poco después, hicieron crisis durante el proceso de selección de candidatos a cargos legislativos. Sobre todo antes del debate, el 25 de abril, sin demasiado optimismo se juzgaba posible, o no imposible al menos, que hubiera reparto de curules para el PARM, por lo que creció el vigor de la disputa por los lugares desde donde era factible entrar en el Congreso. En ese lapso, además, ocurrió el episodio en que

Carlos Guzmán Pérez fue involucrado, ahora se dice...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR