Plaza Pública/ 'Excélsior'

AutorMiguel Angel Granados Chapa

El decaído, decrépito diario Excélsior, el segundo más antiguo de cuantos se editan en la Ciudad de México, vivirá hoy un día crucial, semejante en trascendencia al 8 de julio de 1976. Hoy habrá uno de dos desenlaces: o será disuelta la sociedad cooperativa que lo edita, y su patrimonio vendido en términos previa y secretamente pactados; o se impondrá la resistencia a estas medidas que dañan a sus trabajadores y será destituido quien las impulsa, Regino Díaz Redondo, el presidente y director general que hace 24 años usurpó las funciones de Julio Scherer, su amigo, a quien traicionó.

El declive profesional y financiero, para no hablar de la ética, experimentado por aquel periódico desde que con impulso del gobierno de Luis Echeverría fue expulsado el ahora celebrado autor de Pinochet. Vivir matando, se aceleró en los últimos años. Su formato antiguo, su abigarrada y tediosa primera plana, el tintineo del dinero en la información política, lo han hecho perder el favor de los lectores y, con él, de los anunciantes. Lo ilustra de modo trágico su escuálida sección de avisos clasificados. En sus días de prosperidad, Pronta Acción, que era su título ufano y certero, competía por ese mercado con El aviso oportuno de El Universal. En la edición de ayer, esa triste sección de Excélsior contaba sólo con cuatro páginas (contra 20 de su competidor), aunque ni siquiera una sola de ellas estaba realmente cubierta con anuncios.

Ese mínimo ejemplo ayuda a explicar el deterioro económico de la empresa, que ha sobrevivido sólo gracias a la comprensión y buen trato del gobierno federal, evidenciado de muchas maneras, por ejemplo, favores y quitas muy relevantes a un crédito insoluto que fue absorbido por Fobaproa, que convirtió esa deuda privada en deuda pública. En un informe oficial se notificó a los cooperativistas: "Logramos deshacernos de la deuda sobre la maquinaria que se adquirió en 1994 y que ascendía a 164 millones 69 mil 794 pesos, mediante una negociación con Fobaproa, que consistió en una quita de 40 millones 770 mil 81 pesos, la entrega de maquinaria que teníamos en bodega y no se usaba, lo cual sumó otros 50 millones de pesos, y el pago restante, o sea unos 55 millones de pesos, se dará en publicidad y servicios de este periódico hasta su finiquito, y dicho saldo no generará intereses".

La disminución del enorme peso que Excélsior llegó a tener en la vida pública mexicana se evidencia de muchas maneras. Ha tenido que cerrar varias de sus...

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