Plaza Pública / Expulsada

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Sin ser candidata, y sin esperar que órgano alguno oficializara su victoria, hasta el jueves pasado la ganadora de la contienda electoral era Elba Esther Gordillo. Su expulsión del PRI, es decir la formalización de su ausencia y antagonismo con ese partido, merma en alguna medida -después sabremos con exactitud qué tanto- esa condición triunfal, pues al menos le dificultará actuar dentro de un partido que le toleró innumerables maniobras contrarias al interés del grupo que lo domina.

Si bien no se le puede atribuir sólo a ella la catástrofe electoral del partido al que perteneció hasta el 13 de julio, el viernes se ufanó de la derrota tricolor como si fuera un logro propio, si bien lo atribuyó a "la camarilla de pequeños" que lo controla:

"Llevaron al PRI de ser la primera a convertirse en la tercera fuerza política. Su candidato a la Presidencia no ganó en una sola de las entidades federativas, incluyendo Tabasco, su estado natal, donde lo conocen muy bien. De 64 posiciones de mayoría en el Senado, el PRI ganó 8; de 300 diputaciones de mayoría, el PRI ganó 62; ninguna de las gubernaturas en juego... fue ganada por el PRI. Perdió también las elecciones locales y la mayoría de los cabildos en varios de los municipios más importantes del país. Basta señalar como ejemplo que todos los miembros de la comisión que me juzgó y fueron por ello premiados con candidaturas, todos y todas, sin excepción, perdieron las elecciones: justicia política".

El balance de sus resultados propios, en cambio, la muestra exitosa: su partido, Nueva Alianza, mantuvo el registro para la próxima elección y alcanzó presencia parlamentaria: nueve diputados y un senador, nada menos que su segundo en el sindicato magisterial, el secretario general, Rafael Ochoa. Su alianza formal con el PAN le redituó posiciones en una y otra Cámara (las de Rafael Moreno Valle y Benjamín González Roaro, por ejemplo), y participación en triunfos locales: en la elección de gobernador en Guanajuato y en la delegación Miguel Hidalgo, del Distrito Federal.

Su alianza informal con Felipe Calderón, que prolonga la que en 2003 dio origen a la fracción elbiazul, le resultaría aun más fructífera en el todavía hipotético caso de que el panista alcance la Presidencia de la República. Ya ahora gente suya forma parte del gobierno foxista, pero la presencia de sus huestes se acrecentaría en esa eventualidad. Actuó a favor del candidato panista (como se aprecia en el telefonema al gobernador Eugenio...

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