Plaza Pública / El góber ausente

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

La noche del viernes 3 el todavía gobernador de Puebla, Mario Marín, no asistió a la asamblea anual de la Coparmex estatal, de la que era invitado de honor. Al día siguiente, prefirió no dejarse ver en la fiesta del 77º. aniversario del PRI, celebrada en Toluca. No fue el único gobernador ausente, y no puede precisarse, en consecuencia, si como otros ejecutivos locales tuvo mejores cosas que hacer, o si se le pidió expresamente no afear con su presencia la de por sí desvaída celebración priista.

Podría ser, en efecto, que Roberto Madrazo haya escogido su propio e inmediato interés por encima del de Marín, y favorezca una negociación con el góber precioso, que pediría licencia al cargo hasta después de las elecciones. Después ya se vería, según el resultado del 2 de julio. En el remoto pero no imposible caso de una victoria priista, Marín podría volver a su cargo porque las urnas habrían dicho que ése es el PRI que se prefiere para gobernar. De lo contrario, se haría definitiva su salida, y hasta podrían hacérsele imputaciones penales, previo juicio político, desahogado en las Cámaras federales o en la legislatura local. No sería necesario fundarse en las grabaciones de su charla con Kamel Nacif. Éste se ufanó en diciembre de haber pedido la intervención de Marín contra Lydia Cacho "y ¡pum! que le dictan la orden de aprehensión" (Reforma, 24 de diciembre de 2005).

En el Congreso poblano, dominado por los diputados tricolores (26 de 40) donde se protege al gobernador, y ni siquiera se concibe que acuda a declarar ante la Comisión de Gobernación, este órgano legislativo no ha podido cerrarse enteramente a la presión social. La muy concurrida marcha civil del 26 de febrero -que podría repetirse en la Ciudad de México- y las crecientes muestras de inconformidad pública no pueden ser pasadas por alto. El líder nacional de la Coparmex, Alberto Núñez Esteva, exclamó el viernes, durante la reunión a la que Marín no llegó: "¡qué difícil debe ser gobernar sin contar con la confianza de los gobernados!". De modo que aunque sea a rastras, la legislatura está actuando. Hoy comparecerá la procuradora de Justicia Blanca Laura Villeda, pieza principal en el agravio a la periodista.

La funcionaria admitió en diciembre, en declaraciones públicas, que no se remitieron citatorios a la acusada por difamación y calumnias, antes de librarse la orden de aprehensión, para que no se provocara "un escándalo". Luego, como si mantuviera una inquina personal contra la...

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