Plaza Pública / Lydia Cacho: de diciembre a diciembre

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Un año después de haber sido aprehendida en Cancún y trasladada a Puebla, la periodista Lydia Cacho se halla sujeta todavía al juicio penal que causó su detención y enfrenta otro de naturaleza civil y extraño origen. Edith Encalada, que siendo niña fue una de las víctimas de Jean Succar Kuri, lo denunció y después se desdijo de su acusación, ha demandado en la Ciudad de México a la autora de Los demonios del edén, cuyo subtítulo es el poder que protege a la pornografía infantil, por daño moral, ya que a su juicio la autora y la editorial Random House Mondadori (Grijalbo) actuaron ilícitamente al publicar su fotografía y su testimonio en esa obra. Por ello demanda una indemnización que "no podrá ser inferior... al 40 por ciento del precio de venta al público" de ese libro, más otra suma porque esa publicación afectó sus sentimientos, afectos, decoro, honor, reputación y vida privada.

Fundadora de un centro de protección a mujeres víctimas de violencia en Cancún, donde se ha atendido a alrededor de 700 afectadas por año, desde hace cinco, Lydia Cacho incluyó el caso de Encalada en su investigación sobre pederastia y pornografía infantil al haberlo conocido por diversas publicaciones a partir de 2003, mismas que incluyeron las fotografías que ahora incomodan a la demandante. La periodista publicó su libro en marzo de 2005 y a mediados de año Kamel Nacif la denunció por difamación y calumnia en Puebla, donde radica El rey de la mezclilla. La acusación quedó inactiva durante meses, porque al denunciante no preocupaba su reputación sino eventualmente manejar ese expediente en beneficio de su protegido y amigo Succar Kuri, a la sazón preso en Arizona, mientras se defendía de ser extraditado a México para responder de los hechos narrados en Los demonios del edén.

Precisamente necesidades procesales de Succar Kuri hicieron que la denuncia de Nacif adquiriera velocidad en diciembre pasado. Lydia Cacho fue virtualmente secuestrada el 16 de diciembre de 2005 y llevada a Puebla, donde se le dictó auto de formal prisión por los delitos de que se le acusaba. La rápida difusión de su captura impidió que se le hiciera padecer mucho más que el comienzo de un proceso penal que paulatinamente perdió su fuerza. Primero se eliminó el delito de calumnia y luego el juicio fue trasladado a Quintana Roo en enero de este año. Allí sería ventilado con extrema parsimonia, al punto de que sólo el 29 de septiembre, hace menos de tres meses, se realizó el careo entre las...

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