Plaza Pública / Nacif y la asquerosidad

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El juez primero penal de Cancún decidirá hoy miércoles si se declara incompetente para seguir conociendo la presunta difamación contra Kamel Nacif, como lo pidió la denunciada Lydia Cacho. En caso afirmativo el juicio continuará en el Distrito Federal, pues allí se publicó el libro Los demonios del Edén, del que es autora, y a través del cual se habría cometido el ilícito de que se dice víctima Nacif. De ser así, un juzgado capitalino sería la tercera sede judicial que ventile el sonado caso, comenzado en Puebla y continuado en Quintana Roo.

Mientras se decide la incompetencia, el proceso ha continuado su curso. El viernes pasado se efectuó el careo entre el denunciante y la denunciada. Sin las tribulaciones que padeció la periodista en el trayecto en sentido contrario, Nacif viajó de Puebla a Cancún, para contestar preguntas de quien iba a ser víctima de la maniobra urdida por el mecenas de políticos. Si bien Lydia Cacho se salvó de las consecuencias más gruesas de aquella operación, sigue estando sujeta a un procedimiento penal que puede concluir en una sentencia que la prive de la libertad y que por lo pronto ya ha causado estragos en su economía, pues la defensa eficiente suele ser muy cara.

Tiene sentido la petición de trasladar el juicio de Cancún a la Ciudad de México como antes lo tuvo sacarlo de Puebla. No pocos de los participantes en el proceso contra la periodista, como abogados de su denunciante y como funcionarios ministeriales y judiciales están estrechamente unidos con el pasado inmediato, con la gestión del gobernador Joaquín Hendricks, otro miembro de la red de intereses de que forma parte Nacif. Entre las varias conversaciones sostenidas en cabroñol -como bautizó Carlos Monsiváis la escabrosa habla del empresario- se ha conocido una, reveladora de la confianza que se tienen Nacif y Hendricks, que les permite hablar abiertamente de operaciones mercantiles a la sombra del poder, no sólo entre ellos sino incluyendo a terceros como Alfonso Arau y Alfredo del Mazo.

Durante el enfrentamiento del pasado viernes, Nacif imputó a Lydia Cacho haberlo "convertido en un monstruo", como si en efecto hubiera sido dueño de una alba reputación manchada por el libro de la periodista, que lo muestra cercano al pederasta y pornógrafo Jean Succar Kuri. La mala reputación de Nacif, evidenciada en los litigios con su esposa, que lo acusa de intentar matarla, y de amenazarla (amén de señalarla sin base como chantajista y autora de las...

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