PLAZA PÚBLICA / UAM: que termine la huelga

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Hoy hace ya cuatro semanas que la Universidad Autónoma Metropolitana está en huelga. La difícil relación entre el sindicato de trabajadores y la autoridad universitaria ha estorbado aun el comienzo de conversaciones, que apenas en esta semana se encauzaron hacia la búsqueda de una solución que ponga fin a la ya prolongada suspensión de labores. Ésta ha generado costos académicos que deben cesar, según clamor creciente de profesores y estudiantes, núcleo de la actividad universitaria que está ausente de las negociaciones salariales y de la relación laboral en la UAM.

Un problema que dificulta la negociación en instituciones como la UAM es que, junto con los motivos legales de un emplazamiento a huelga, el sindicato enarbola posiciones políticas a que tiene pleno derecho, pero que son irresolubles en el trato laboral, que se constriñe a la fijación de las condiciones de trabajo, incluido su remuneración. Al explicar el 18 de febrero por qué están en huelga los trabajadores, el comité respectivo enumera en cinco apartados una decena de razones, de las que en rigor estricto sólo un par son atendibles a la luz del derecho laboral en que se basa una suspensión de trabajos como la que está en curso. Es legítimo que los representantes sindicales mantengan un credo y denuncien al autoritarismo del Estado "que impone topes salariales e impide una remuneración salarial de acuerdo con las necesidades económicas de los trabajadores" y que luchen "por recuperar el poder adquisitivo... que hoy tiene un rezago salarial superior al 35 por ciento" respecto al de hace 10 años, y que hagan saber que "el 99 por ciento de los trabajadores administrativos tienen un sueldo base que va de dos a cuatro salarios mínimos generales; que el salario de profesionistas con licenciatura y algunos con... posgrado o especialidad no rebasan los cuatro salarios mínimos generales". Y también es legítimo, como en otra parte lo hacen algunos profesores miembros del SITUAM, que se contrasten esas remuneraciones con las del personal administrativo de alto nivel, que exceden con mucho aquellos montos.

Pero nada de eso es materia de una negociación presionada con una huelga ni se resuelve con ella. Ésta se emplaza y comienza por violaciones al contrato colectivo de trabajo y en pos de un incremento salarial. La autoridad universitaria ha reconocido algunas de aquellas violaciones y ofrecido enmendarlas tan pronto sea posible. Por ejemplo, ha habido contratación de empresas que...

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