Plaza Pública / Setenta días oaxaqueños

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Como si no hubieran transcurrido ya cuatro largos meses de conflicto en Oaxaca, se está abriendo paso una solución benévola -es decir, que no apele al uso de la fuerza pública- que consiste en esperar al 1o. de diciembre. Entonces se cumplirán dos años de permanencia del gobernador Ulises Ruiz en su cargo. Si 24 horas después presenta su renuncia, no habrá necesidad de llamar a elecciones, pues el gobernador sustituto que al efecto sea nombrado completará el periodo que termina el 30 de noviembre de 2010.

Es un exceso de optimismo suponer que la tensa situación oaxaqueña puede extenderse dos meses y 10 días más sin que reviente. Y sin embargo a eso están jugando notoriamente las fracciones parlamentarias dominantes y acaso también el gobierno federal. Anteayer se rompió el diálogo que habían venido sosteniendo en la Secretaría de Gobernación, directamente con Carlos Abascal, los delegados de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca y de la sección 22 del sindicato magisterial. Así debe interpretarse que, a diferencia de las seis sesiones anteriores, ésta concluyera sin cita para un nuevo encuentro. La reunión del miércoles fue más breve que todas las anteriores, pues la delegación oaxaqueña insistió en que Ulises Ruiz debe irse, como requisito para aflojar la tensión. Por eso rehusaron establecer fecha para iniciar el curso escolar que sufre ya demora de un mes (de modo semejante a la tardanza, y apresuramiento, con que terminó el ciclo anterior). Quedó en suspenso también la devolución de vehículos oficiales que a lo largo de esos meses han sido retenidos por los opositores del gobernador.

Tanto en el Senado como en San Lázaro, los grupos legislativos del PAN y el PRI se opusieron a constituir comisiones especiales, integradas por miembros de todas las bancadas, que acudan a Oaxaca a evaluar in situ las condiciones en que ha vivido una amplia porción de la sociedad oaxaqueña a partir del 22 de mayo, en que el magisterio suspendió labores y sus efectivos se establecieron en una amplia superficie del centro histórico. Admitir esas comisiones hubiera disminuido en el Senado la presión por dar a Ruiz espaldarazo semejante al que le ofreció, con su propia firma incluida, la Conferencia Nacional de Gobernadores.

En agosto la comisión senatorial de gobernación de la LIX Legislatura redactó un dictamen que desecha la solicitud de ciudadanos oaxaqueños para que el Senado declarara que han desaparecido los poderes en esa entidad y nombrara un...

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