Plaza Pública/ La sociedad teledirigida
| Autor | Miguel Angel Granados Chapa |
Una vez más está en México el politólogo italiano Giovanni Sartori. Prestigiado como estudioso de los partidos políticos y de la ingeniería constitucional, su influencia pública se reanimó en 1997 cuando apareció su Homo videns, traducido al español al año siguiente y publicado con el subtítulo "La sociedad teledirigida". Sartori ofreció el lunes una conferencia en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; hoy se presentará en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional, para participar en la mesa redonda Democracias emergentes: reformas constitucionales para un nuevo diseño institucional; y mañana jueves, en la Universidad Iberoamericana discutirá el tema La batalla actual: homo sapiens vs homo videns.
No fue casual que este profesor de las universidades de Florencia y Columbia transitara de la politología a la comunicología. Mejor dicho, no realizó ese trayecto. Sigue instalado en su estudio del poder, y lo ha orientado al examen de la telecracia, la capacidad de la televisión para modelar a la sociedad. Y al hacerlo ha penetrado a la esencia misma del fenómeno, al hecho de que "el acto de telever está cambiando la naturaleza del hombre".
El cambio político en curso en nuestro país ofrece al estudioso de los sistemas electorales y la democracia un suculento manjar. Pero aun más provechoso para el afianzamiento de su novedosa teoría le resultará testimoniar el desenlace provisional de un grave episodio en que sus observaciones se concretan puntualmente. Se trata del papel desempeñado por TV Azteca en el proceso seguido contra seis acusados del asesinato de Francisco Stanley, en la naturaleza de sus mensajes y en su aptitud para crear un clima al que no fue insensible el juez que, en la duda, absolvió a los inculpados.
El análisis de Sartori va al cogollo de la televisión, a su naturaleza misma. Sus conclusiones son contundentes: "la televisión, a diferencia de los instrumentos de comunicación que la han precedido (hasta la radio) destruye más saber y más entendimiento del que transmite". Y aunque lo expone como pregunta, es también rotunda su afirmación de que "el hombre videoformado se ha convertido en alguien incapaz de comprender abstracciones, de entender conceptos". No se trata, obviamente, de expresiones dogmáticas, sino del resultado de un análisis, conceptual y empírico, que aporta piezas de convicción al lector.
Sartori dedica la mayor parte de su breve ensayo -la edición española suma 159 páginas- a...
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