De plebeya a toda una Princesa

AutorFernando Toledo

Como una mujer de vestir informal y poco preocupada por la moda, recuerda Sara Cuéllar, publirrelacionista de varias marcas de moda, a Letizia Ortiz Rocasolano, con quien vivió durante un año en Guadalajara, cuando la prometida de Felipe de Borbón trabajaba en el diario Siglo XXI, en 1995.

"Su uniforme era siempre pantalones de mezclilla, camisetas blancas, camisas masculinas y nunca se fijaba en las marcas. No era una mujer a quien le preocupara la moda, al contrario", afirma Sara, quien también recuerda que la futura Princesa de Asturias siempre portaba dos pulseras de tela que compró en el mercado.

Letizia utilizaba, según su amiga mexicana, zapatos bajos de gamuza (ideales para caminar), botas de piel para montar y nunca se puso tacones altos, porque además que no eran de su preferencia, siempre utilizaba el transporte público para viajar por la ciudad.

Actualmente su calzado tiene al menos ocho centímetros de altura, amén de ser de diseñadores exclusivos. Según la prensa española, ésta es una estrategia para compensar la estatura de Ortiz con respecto a lo alto que es su prometido.

Ni maquillaje ni accesorios

Con respecto a su cabello, Cuéllar recuerda que solía llevarlo recogido en cola de caballo, con fleco, y que sólo lo dejaba suelto cuando iba a fiestas. Eso sí, cuidaba mucho su melena: se la despuntaba cada mes, se la cepillaba por las noches, se ponía acondicionadores y sólo se la lavaba tres veces a la semana, muy al estilo europeo.

"Siempre se desmaquillaba y se lavaba la cara, aunque no se ponía cremas específicas ya que tenía una piel bastante nutrida", afirma Sara, quien ha perdido contacto con la futura consorte real, a quien...

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