Poder femenino
Autor | Teresa Rodríguez |
Cuatro mujeres para tener en la mira gastronómica. Ellas son Chicas Chidas by LEI
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PATRICIA KURI, DE CATAMUNDI
Economista de formación, estudió cocina como hobby. Su papel en el restaurante tiene más que ver con los números, pero participa en el proceso creativo junto a Pablo, su esposo y chef ejecutivo.
"Yo no soy cocinera, pero me casé con un chef. Juntos ideamos y él ejecuta", confiesa.
Apasionada de la panadería, Patricia recuerda que hace siete años, cuando el proyecto empezó, el pan se hacía en su casa, la masa madre se alimentaba por las noches y experimentaban con pulque y cerveza en busca de piezas con la acidez y la costra dorada que da una buena fermentación.
Como mujer, reconoce haberse casado con un defensor del feminismo que le ha dado su lugar a ella y a las demás en su cocina; como empresaria, ella misma cobija al talento femenino.
"Mi jefa de repostería es una fregona. Mi jefa de cocina de las mañanas es una chavita que todavía está en la escuela y remata 400 personas en el brunch, quitada de la pena. Pero sí falta darles protagonismo a las mujeres, eso es lo padre".
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ELIANA GODÍNEZ
Cuando tenía apenas 21 años y sin haberse graduado de la universidad, consiguió lo que muchos deseaban: convertirse en la primera mexicana a cargo de una partida en la Osteria Francescana, uno de los mejores restaurantes del mundo, bajo la batuta de Massimo Bottura.
Acumuló experiencia durante cinco años en las filas de Quintonil; primero, en la partida de cocina fría; luego, como jefa de cocina.
"Jorge Vallejo (chef de Quintonil) es una de las marcas más grandes en mi vida profesional. Él me enseño, me guió, me dio todas las bases para saber lo que quería", reconoce.
Entre un puesto y otro, Eliana volvió a Italia para estudiar panadería en ALMA e hizo prácticas en Milán, donde perfeccionó las técnicas francesas e italianas.
"Con la pandemia, volví al pan. Estoy iniciando un pequeño negocio de babkas, rollos de canela y pan de caja, y me encanta. Ahora, es lo que hago todos días, desde las tres de la mañana y, poco a poco, he comprado equipo. Orly, mi futuro esposo y también cocinero, me ha apoyado mucho en esto", cuenta.
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MATE ZORRILLA, DE CLUB 51
Subida en un banquito, de niña ayudaba a su madre en la cocina. Libros de pasteles y harinas instantáneas fueron un primer y solitario acercamiento a lo que luego se convertiría en su carrera.
Estudió en Ferrandi París, hizo prácticas en Lucas Carton, L'Espadon en el Ritz y, luego, en Bretaña...
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