DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / A mejor vida

AutorCatón

Afrodisio Pitongo, galán concupiscente, le contó a un amigo: "Ayer estuve con una chica en su departamento. Ha sido la mejor noche de amor de mi vida". El otro preguntó con interés: "¿Era muy buena en la cama la muchacha?" "¿Que si era buena? -respondió el tal Pitongo-. Te diré. Cuando le estaba haciendo el amor llegó su perro, me mordió una nalga y me arrancó un pedazo. ¡Y no me di cuenta sino hasta que llegué a mi casa!"... Babalucas le contó a un amigo: "Mi hermana va a tener bebé". Preguntó el otro: "¿Será niño o niña?" Contestó el badulaque: "Aún no se sabe. Y por lo tanto todavía ignoro si seré tío o tía"... Recordaba una muchacha: "Me enamoré de él a primera vista. Fue la segunda vista lo que lo echó todo a perder"... He aquí un chiste que las personas sensibles no deberían leer. Una mujer se quiso suicidar. Consiguió una pistola y le preguntó a un médico dónde estaba el corazón. El facultativo le indicó: "A la altura del seno izquierdo". Al día siguiente la presunta suicida fue llevada al hospital con una herida de bala en el tobillo... La señora le dijo a su esposo: "En la puerta está un abogado que quiere hablar contigo". Le pidió el hombre: "Hazlo pasar y ofrécele una silla". Responde ella: "Ya se la ofrecí, pero dice que va a llevarse también el comedor, la sala, la estufa y el refrigerador"... La mamá de Pepito lo estaba regañando fuertemente. "No me grites -se enojó el chiquillo-. No soy mi papá"... La suegra de Capronio, sujeto ruin y desconsiderado, hizo un viaje a Europa, y allá se le ocurrió pasar a mejor vida. Un empresario de pompas fúnebres llamó por teléfono al yerno y le preguntó si quería que cremara a la señora, que la embalsamara o que le diera sepultura. Le pidió ansiosamente el tal Capronio: "¡Las tres cosas! ¡No quiero correr riesgos!"... La paciente le contó al analista: "Doctor: tengo la idea de que soy muy fea". Le dijo el psiquiatra: "Son imaginaciones suyas. Pero en fin, acuéstese en el diván y cuénteme su problema. Volteadita hacia la pared, por favor"... En el bar los maduros señores hablaban de sus devaneos amorosos. Dijo uno: "A diferencia...

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