DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Ser o parecer

AutorCatón

Doña Pasita, anciana señora de pueblo, mujer muy religiosa, humilde, fue a la capital a visitar a su nieta Candelaria, a quien hacía mucho tiempo no veía. Se sorprendió cuando vio el edificio donde vivía la muchacha. Una construcción de lujo en el sector de más moda en la ciudad, según dijo el taxista que la llevó. El portero del edificio -más que portero parecía por su uniforme el comodoro de la flota nacional- frunció el ceño cuando la vio entrar, y más cuando la vejuca le preguntó si ahí vivía la señorita Candelaria. "Aquí no vive ninguna señorita Candelaria" -le dijo el comodoro. Luego se volvió hacia su ayudante y añadió: "Y hasta donde sé ninguna inquilina de este edificio podría jurar en tribunales que llegó al matrimonio en calidad de señorita". La anciana no acusó recibo de la dudosa gracejada del portero, y eso atufó al hombre aún más. Ella se atrevió a decir: "Mi nieta me anotó en este papelito el número de su departamento. Es el 14". "Ya veo -respondió el individuo sin molestarse en ver-. Pero en el 14 no vive ninguna Candelaria. Vive la señora Mixtifori". Así dijo el portero, y dirigiéndose a su ayudante completó sotto voce: "Y amigos que la acompañan". No alcanzó a oír doña Pasita el comentario del ujier, que regocijó mucho al asistente. "¿Podría pasar a preguntar?" -inquirió ella. "De ninguna manera -opuso el tipo irguiendo más su estatura de comodoro de la flota-. Nadie, ni siquiera el sol o el aire, puede entrar aquí si yo no lo autorizo. Y no veo ningún motivo para dar a usted autorización. Lo más seguro es que se haya equivocado de edificio". "Aquí tengo la dirección -mostró de nuevo el papelito la anciana-. Déjeme entrar a preguntar. Hágalo por su madrecita santa". El sujeto le dijo a su ayudante: "Ninguna santa era mi mamá, según supe en cuanto estuve ya en edad de conocer las cosas". Luego se dirigió a doña Pasita: "Le diré lo que voy a hacer. Llamaré a la señora Mixtifori para informarle que está aquí una viejita que la busca. Ella me dirá si la dejo entrar o no". Tomó el teléfono y luego de un intercambio de palabras le preguntó a la visitante: "¿Se llama usted Pasita?" "Para lo que...

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