DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / A la barandilla

AutorCatón

Aviso de peligro: Al final de esta columnejilla viene el espantable chascarrillo conocido con el nombre de "Mejor la cruda que eso". Las personas con sindéresis deben abstenerse de leerlo... Yo practico el idealismo. Por eso procuro ser realista. Advierto síntomas que me preocupan, pues me hacen ver que la vida política de México se está descomponiendo. Alguien dirá, y no le faltará razón, que siempre ha estado descompuesta, al menos desde los tiempos de Acamapixtli o Tezozómoc; pero lo cierto es que por estos días se está descomponiendo más aún, hasta el punto en que muchos actos de política tienen ya un tufo hedentinoso, como en los casos de Salazar Mendiguchía y de Hank Rhon. Antes los políticos dilucidaban sus pugnas en términos políticos; ahora los desahogan en barandillas del Ministerio Público o en juzgados de lo criminal. Sea en buena hora: peléense las comadres y díganse sus verdades. Pero si de esto va a resultar un toma y daca de dimes y diretes, de acusaciones tendenciosas, de persecuciones judiciales tramadas como arma electoral o de venganza, eso no va a elevar el nivel de la política, que de por sí está a la altura del betún (de los zapatos); antes bien causará que nuestra vida pública se siga mancillando. Por eso yo no soy vida pública; porque no me gusta que nadie me mancille. Para las mancilladas yo solito me basto... Después de haber orientado a la República paso al relato del execrable chascarrillo arriba mencionado... Un individuo se corrió una homérica parranda, y a consecuencia de eso amaneció al día siguiente con una horrible cruda o resaca, hangover en inglés. Mal espantoso es ése: quien lo sufre se da a todos los diablos, y hace propósito firmísimo de enmienda, con promesas a toda la corte celestial de no incurrir ya más en plétoras etílicas. "No hay hombre más humilde que un crudo", reza un sabio aforismo popular. Así, el hombre de mi cuento le rogó a un amigo que lo acompañara a un bar, pues deseaba procurarse el remedio conocido en los países de habla inglesa con el nombre de "hair of the dog". ¿En qué consiste dicha medicina? Se finca en el principio homeopático según el cual "Similia similibus curantur". Ese apotegma se atribuye a Aureolus Tephrastus Bombastus Paracelsus. Lo hizo suyo Samuel Hahnemann, el...

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