DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Plaza de almas

AutorCatón

¿Por qué nunca se casó Lola Fernández? Nadie en el pueblo lo podría decir. Es mujer guapa, y desde que murieron sus padres -hija única ella- es también rica. Pretendientes nunca le faltaron; eso lo saben todos. Ella los rechazó a todos, uno a uno. Sus amigas terminaron casándose con aquellos a quienes ella despachó. Por eso no la quieren bien: su sola presencia les recuerda que fueron -como se dice en expresión vulgar- platos de segunda mesa. Lola Fernández vive sola, sin más compañía que la de una criada que va con ella a todas partes: a la misa de 7 en las mañanas, y por la tarde al rosario de las 6; al mercado a hacer las compras de cada día, y a la tertulia de los viernes en casa de doña Basilisa, donde los poetas del lugar leen sus versos, donde se cantan trozos de zarzuela y se juegan juegos de prendas. Lola no participa en esos juegos, ni toca el piano, ni recita o canta. Se limita a verlo y oírlo todo con una vaga sonrisa entre los labios que los demás consideran gesto de aprobación condescendiente. A la tertulia asiste también el padre Luis, el joven cura párroco del pueblo. Tampoco él toma parte en esas diversiones, aunque las califica de honestas. Alguna vez dijo ahí un poema que aprendió en el seminario para declamarlo en la fiesta de cumpleaños del obispo, y que trata de un mártir del cristianismo llamado Marciano. Tras haberlo dicho en la tertulia se apenó por haber incurrido -declaró- en una ligereza impropia de su condición sacerdotal, y nunca más volvió a repetir esa declamación a pesar de las vivas instancias de la concurrencia. Lo que sí hace de buen grado el señor cura es bendecir las sencillas viandas que se sirven ahí como merienda, y añadir a la bendición algunas palabras edificantes dirigidas sobre todo a las muchachas y muchachos que asisten a la reunión, para apercibirlos contra los peligros del mundo, tan lleno de tentaciones, de la carne sobre todo, dice bajando la voz. A Lola Fernández el sacerdote la trata con cariñosa familiaridad, pues es su director espiritual, y además ella es la bienhechora principal de la parroquia, y presidenta de dos de las cuatro asociaciones piadosas que hay en ella. Las...

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