DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Plaza de almas

AutorCatón

"No, Pedro -dice mientras pone otro leño en la lumbre-. Te digo que este mes continuará la seca. La luna no está inclinada como jicarita que va a dejar caer su agua. Tendremos que esperar la próxima, a ver si entonces llueve". La noche es fría y oscura. No se oyen ya las voces de los perros; tampoco el viento turba la quietud de los árboles de invierno. Si no fuera por las llamas y el quejo de la leña en el fogón se diría que todo ha dejado de ser, que todo ha dejado de estar. "Sin lluvia no habrá hierba, Pedro, y las cabras ni siquiera recibirán al chivo. Presienten que las crías no tendrán qué comer, y no las traen al mundo a pasar hambre. ¿Te acuerdas cómo llovió el año pasado? El monte se puso verde, y las cabras hasta cuatearon. A veces pienso, Pedro, que los animalitos son más sabios que nosotros. Sienten cosas que a nosotros ya se nos olvidó sentir. Nuestros padres tenían ciencias que no tenemos. Sabían cuándo cortar los troncos para hacer los morillos de las casas; sabían cuál era el tiempo justo de los injertos y la poda. Tú y yo todavía nos acordamos de eso, pero los muchachos de ahora no, y ni siquiera les interesa aprender. Ellos andan en sus cosas, y sus cosas no son ya nuestras cosas. Yo no las entiendo, no sé tú". Se queda viendo las siluetas que dibuja la sombra de las llamas sobre la pared. Mira en ella la de Pedro, y le parece ver que el resplandor del fuego colorea su rostro como si fuera un retrato de pintura. Pedro está silencioso, como siempre. Él sigue hablando para que sus palabras hagan ruido. Y es que el silencio le da miedo, lo mismo que la noche. Con el silencio le da por pensar, y esa es otra de las cosas a las que teme: el pensamiento. De día no piensa. Se ocupa en el cuidado de los animales: ellos no piensan. Va a ver los árboles: ellos tampoco piensan. Se pone a limpiar el aljibe, aunque esté limpio; se pone a arreglar la cerca, aunque esté en orden. A principios del mes le da otra blanqueada a la casa, sin necesidad. Todos los días va a traer leña, por necesidad. "Cada vez tengo que ir más lejos a buscarla, Pedro. Ya no hay tanta como en otro tiempo. Quién sabe quién se...

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