De Política y Cosas Peores / Victoria pórrica

AutorCatón

Decir que la toma de la Cámara de Diputados por los perredistas fue una victoria pírrica equivale a ennoblecer esa barbarie con una alusión clásica. La deleznable acción constituye más bien una victoria pórrica, pues como porros actuaron esos malos legisladores -esos malos mexicanos-, que para tener derecho al fuero y a la nómina levantaron la mano y protestaron cumplir y hacer cumplir la ley sólo para días después alzar el puño y violar la ley en la primera oportunidad que se les presentó. Igualmente, celebrar que no haya habido violencia en ese acto es hacer una concesión a lo ilusorio. Claro que hubo violencia, y mucha, y grave. Por medio de la fuerza elemental los perredistas arrebataron la palabra a sus adversarios e impidieron la presentación del mensaje final del Presidente. Reventaron, en fin, una ceremonia que ciertamente ya debe desaparecer en su formato actual, pero que aún está prevista por la ley. Ahora bien: dicho con el menor respeto para los perredistas, no he visto nunca una manera tan estúpida de dilapidar un capital político. Fox tardó un par de años en arrojar por la borda el inmenso caudal de oportunidades que los mexicanos le dieron con su voto. El PRD sólo ha necesitado de dos meses para tirar a la calle -en sentido recto y figurado- la confianza que un número elevado de electores pusieron en el partido y en su candidato. Al burdo asalto consumado por los perredistas siguió una condena casi unánime. Tan insensato fue ese acto, tan inútil y tan escaso en frutos, que sólo se explica a través de un fenómeno que debe preocuparnos grandemente: los perredistas se tienen miedo ya a sí mismos. Temen que si no se radicalizan serán tildados de traidores. Nadie se atreve a ser el primero en dar la voz de alarma; en señalar que esas acciones extremistas están llevando al PRD a perder lo mucho que consiguió en la elección del 2 de julio. "El que no está unido está vendido", dice una de las ominosas consignas recitadas en los campamentos del Zócalo y Reforma. Sé que un buen número de perredistas honestos y conscientes no están de acuerdo con las...

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