Coordenadas/ La política salarial de Fox

AutorEnrique Quintana

Una de las posturas que han expresado funcionarios de Hacienda y el Banco de México es que los incrementos salariales que se han otorgado en los últimos meses son excesivos pues

los contratos colectivos se continúan negociando con aumentos cercanos al 10 por ciento, cuando las expectativas de inflación para los próximos 12 meses andan en menos de 6 por ciento.

Con esos incrementos, no sólo se ha recuperado el poder adquisitivo erosionado durante los últimos 12 meses sino que hay indicios de que seguirá habiendo ganancias importantes en los que vienen.

Sin embargo, lo que en principio pareciera una muy buena noticia económica, no lo es tanto en la perspectiva de la mayoría de los integrantes del Gabinete económico y del Banco de México pues las presiones sobre los costos ejercidas por los incrementos salariales podrían impedir que la inflación baje tan rápido como se pretende y además, en el contexto de un año en el que la productividad del trabajo no va a crecer, habrá un incremento considerable de los costos salariales unitarios lo que le pegará adicionalmente a la competitividad de las empresas.

En el otro polo de la discusión, a veces se queda sólo el Secretario del Trabajo, quien plantea que la política salarial del Gobierno debe permitir que las empresas y los sindicatos negocien sus incrementos salariales sin injerencia oficial y que si se ubican en los niveles que hoy tienen, no se puede intervenir para que bajen.

Pero, además, el análisis de los impactos relativos sobre los costos demuestra que la pérdida de competitividad derivada de incrementos salariales superiores en 3 o 4 puntos a la inflación prevista, es marginal.

Un análisis de las cuentas nacionales nos permite observar que el peso

de los salarios en el valor bruto de la producción es de 20 por ciento (o un 34 por ciento si se compara contra el valor agregado) por lo que aún considerando que los incrementos estuvieran 4 puntos por arriba de lo deseable, el impacto de este margen sobre los costos totales es de 0.8 por ciento sobre los costos totales (1.4 por ciento si la referencia es el valor agregado).

En México hemos tenido un mercado laboral tan distorsionado a través del tiempo por los acuerdos cupulares

de los sindicatos y el Gobierno que se ha desconectado la tradicional relación entre el crecimiento de la productividad y el de los salarios reales.

Por ejemplo, entre 1993 y el año 2000, la productividad de las manufacturas creció en 45.1 por ciento pero los salarios...

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