Son polos opuestos

AutorIvis Aburto

Dan Rooney II estaba parado frente a la entrada del vestidor. Unos minutos antes, los Acereros de Pittsburgh habían perdido el Súper Tazón XLV, pero el dueño de la franquicia sólo dio una palmada de aliento a cada integrante del equipo sin decir una palabra, dejando que fueran los jugadores quienes expresaran el dolor de la derrota.

En Dallas la imagen es diametralmente opuesta. Jerry Jones, propietario, presidente y gerente general de los Vaqueros, siempre ocupa el centro de la escena en el campo, en el vestidor y en las oficinas, antes, durante y después de los partidos.

Con personalidades contrastantes, Rooney y Jones han logrado mantener a sus respectivas franquicias como aspirantes permanentes, en el peor de los casos, a ganar un boleto a Playoffs.

Rooney, hijo de Art Rooney, quien compró a los Acereros en la década de los años 1930, mantiene el perfil bajo que su padre manejó al frente de un equipo cuya base de aficionados se conforma principalmente de hombres y mujeres de clase trabajadora.

Los Rooney tardaron en saborear las mieles del triunfo, pero nunca modificaron la forma de dirigir a su equipo.

Sin caer en dispendios, lograron darle al clavo finalmente en 1969 al contratar al coach Chick Knoll, cuya capacidad para reclutar llenó de talento a un equipo que navegó por muchos años en la mediocridad de la antigua NFL.

Actualmente, los Acereros, único equipo con seis títulos de Súper Tazón, se mantienen como una de las organizaciones en que son pocos los jugadores con contratos multimillonarios.

En Dallas, la visión es distinta: hay que gastar y bien, y si hay alguien que demuestre los tamaños para hacerse acreedor a un buen fajo de billetes, mejor.

Así se ha manejado Jones desde que tomó las riendas de los Vaqueros en 1989, aunque en su primera época, el talento que lo llevó ganar tres títulos de Súper Tazón en los años 1990 fue forjado por Jimmy Johnson.

Desde el divorcio de ambos personajes, Jones ha mejorado sus tácticas de reclutamiento, y aunque ha conjuntado equipos competitivos, no ha logrado detectar a la figura o figuras necesarias que regresen a los Vaqueros a la disputa por el título de la NFL.

Acereros y Vaqueros se manejan de formas distintas y resulta casi imposible imaginar a estas franquicias sin las figuras que deciden sus destinos.

A final de cuentas, esas actitudes son las que los...

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