Ponen en jaque al futuro

AutorAdán Tamariz

Jugar o practicar ajedrez permite a los jóvenes acelerar la toma de decisiones, planear a largo plazo y adelantarse a situaciones futuras.

Hugo del Castillo, jefe del laboratorio de neuropsicofarmacología de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que el ajedrez es un deporte que estimula zonas específicas del cerebro e incrementa la concentración y capacidad de planeación.

Lo anterior, señala, debido a que al ejecutar un tiro se tiene que pensar en los cinco o seis turnos siguientes.

"A diferencia del futbol, que permite un desarrollo psicomotor ojo-mano, toma de decisiones inmediatas y planeación a corto plazo, el ajedrez aporta lo opuesto, aunque el cerebro necesita de ambas", describe el especialista.

"Sirve para echar a andar la maquinaria cerebral para identificarte en un periodo futuro. Hay personas que a los 20 años siguen sin poderse ver proyectados en 5 años, pero varía en cada niño".

Al igual que otros juegos de estrategia, el ajedrez ejercita los lóbulos frontales, prefrontales, temporales y occipitales en el cerebro.

Manuel Labra, presidente de la Asociación de Ajedrez de la Ciudad de México, asegura que practicar esta disciplina también impulsa el autoestima y autocontrol.

"El ajedrez se encuentra de cara a un crecimiento sin precedentes en el País, al incorporarse, para 2018, en los planes de estudio como taller opcional en escuelas primarias y secundarias de la Secretaría de Educación Pública", informa.

"A través de programas similares, países como Rusia, España y Cuba, entre otros, han desarrollado excelentes deportistas y se han convertido en potencias internacionales de la disciplina".

Diego, Froylán, Paulina y Alicia son estudiantes de preparatoria y, desde hace al menos cinco años, practican ajedrez.

"Me ayuda de manera cognitiva, lo cual se refleja en la escuela; por ejemplo, en matemáticas es muy útil. También me gusta la disciplina y paciencia que me aporta", cuenta Diego, quien dedica al menos dos horas al día a su entrenamiento.

"Una partida puede durar cinco o seis horas; ser paciente es una cualidad de todo ajedrecista y es útil en la vida cotidiana".

Froylán comenta que, como en todo deporte, la continuidad en los entrenamientos es básica; si un día lo deja, el ritmo se corta.

El estudiante señala que pese a la carga de trabajo que puede llegar a tener por las tareas de la preparatoria no deja de practicar.

"A veces hay proyectos escolares que necesitan hasta...

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