Se ponen las pilas

AutorTonatiúh Rubín

Cuando transitan por las calles de la Ciudad de México, tanto el vehículo de Rodrigo Salazar, tesista del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), como el de César Gómez, profesor del Instituto Politécnico Nacional (IPN), parecen convencionales, pero en lugar de moverse por la combustión de gasolina, son empujados por electricidad.

En su interior, componentes eléctricos reemplazan a los que operan con el hidrocarburo, por lo que estos automóviles no requieren ni de piezas como el radiador, alternador, tubo de escape o silenciador para operar.

"La motivación principal fue que yo no quería gastar en gasolina", indica Gómez, maestro de Química Industrial.

Un auto eléctrico, precisa, no contamina, su ruido es mínimo y arranca más rápido.

En su Sentra color azul, en cuya transformación invirtió un año y 180 mil pesos, recorre por lo menos 25 kilómetros, de lunes a viernes, desde su hogar hasta la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas del IPN.

A Salazar, pasante de Ingeniería en Mecatrónica, le costó 200 mil pesos y poco más de un año convertir su Chevy plateado en un auto eléctrico.

"Quería probar mis capacidades de hacer ingeniería real", comparte el joven, quien casi al inicio de su formación en el ITAM planeó la conversión.

"Mis maestros me decían que estaban bien mis proyectos (escolares), pero este proyecto sí es ingeniería real porque estás saliendo a la calle", platica.

Para llevar a cabo su propósito, Salazar pidió por internet un motor chino de una marca que no conocía. Al recibir la pieza, se percató de que los planos no eran correctos. El motor no funcionaba, pero la situación tampoco estaba perdida: podía realizar un trabajo de ingeniería inversa para echarlo a andar.

"Pensé que me acababan de vender un cacho de aluminio que no sirve por 50 mil pesos, (pero) el día que lo hice funcionar, fue pachanga.

"¿Sabes cuántas veces he llevado mi auto a servicio? ¡Ni una vez en un año!", sostiene Gómez, para quien los cambios de piezas y verificaciones son asuntos del pasado.

Ambos coinciden en que cargar los vehículos a diario es el único inconveniente, pues llenar la batería, ya sea en alguna estación especializada o en cualquier toma de corriente, toma entre tres y...

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