Visión Mundial/ En Praga, nuevo round entre globalifílicos y globalifóbicos

AutorGabriel Guerra Castellanos

Hoy las cosas son distintas. La ciudad de Praga se prepara no sólo para recibir a los emperifollados representantes del mundo financiero, que asisten a la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, sino también a miles de representantes de varias ONG y manifestantes que procurarán demostrar su rechazo a la tan incomprendida y mal explicada globalización.

Como el año pasado en Seattle, cuando la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) se vio seriamente afectada por las protestas que transformaron a una plácida y pacífica ciudad en un auténtico campo de batalla, la del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM) enfrenta serios riesgos.

De hecho, ya los vivieron después de Seattle, en la reunión de primavera del FMI y BM, así como en la del World Economic Forum en Melbourne, hace apenas unos días. Riesgos de seguridad, de logística y, sobre todo, de imagen y de costos políticos y económicos para quienes dirigen, o creen dirigir, los destinos de sus países, instituciones y del mundo entero.

Los problemas de seguridad son los mas obvios, si bien no los más fáciles de prevenir. En Praga reina un ambiente de temor e incertidumbre, ante los recuerdos del aquelarre de Seattle. Las mismas autoridades han instado a comerciantes del centro a quitar mercancías valiosas de los aparadores, mientras que el Ministerio del Interior checo hace llamados a respetar las acciones e instrucciones policiacas aunque representen "limitaciones" para los ciudadanos.

En un comunicado cibernético del Ministerio, se dan sugerencias para evitarse problemas. Entre ellas, alejarse de personas "vestidas de manera excéntrica o diferente". Esperemos que delegados asiáticos o africanos no sientan por ello un vacío a su alrededor, o que si asiste Bill Gates o algún otro multimillonario moderno no se topen con las sospechas policiacas.

Las manifestaciones en forma ya comenzaron, con menos afluencia que la esperada por los organizadores, y con una reacción policiaca mucho más moderada que la que en noviembre pasado ayudó a provocar tantos enfrentamientos en Seattle. En parte tal vez por el estilo distinto de hacer las cosas en la República Checa, en parte seguramente también por el pasado de su Presidente, Vaclav Havel, quien fuera en sus épocas un activo manifestante que tuvo que enfrentar a las macanas, y peores cosas, de la Policía comunista.

Pero los manifestantes confían cada vez más en métodos sofisticados de presión, y las...

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