¿Premios, para qué?

AutorJorge Ricardo

En 2009, Heriberto Yépez ganó el Premio de Ensayo Literario Malcolm Lowry por un libro que no se ha publicado. En 2011, César Silva obtuvo el de Cuento San Luis Potosí por un título que nadie ha leído y, en 2013, Cecilia Magaña el Juan Rulfo por una novela que sólo los integrantes del jurado y uno que otro editor conocen.

Son sólo 3 ejemplos de los 10 premios que se otorgan para obras inéditas que año con año entrega el INBA.

En cada caso, se garantizan los estímulos económicos, pero se olvidan de los libros, pues ninguna de las convocatorias actualmente se compromete a publicar las obras.

"Desde la convocatoria estaba claro, pero uno piensa que habrá facilidades (para publicar) al ganar el premio", dice Magaña sobre Principio de incertidumbre. "Pero en el camino me he topado con gente que me recomendó que no dijera que tenía el Premio Bellas Artes", añade.

Los entrevistados barajan respuestas: quizá las editoriales consideran que las obras premiadas son demasiado serias, o que no entran en su línea editorial. Pero de una u otra manera todos aceptan eso que Daniel Salinas Basave, Premio Malcolm Lowry 2014, define así: "El Gobierno paga miles de pesos de recursos públicos por libros que sólo leen tres jueces. Digo, bienvenido el premio económico, ¿pero cuál es el sentido de premiar libros que permanecerán inéditos?".

"Sería ideal que la obra fuera publicada por las instituciones convocantes", añade Ernesto Lumbreras, quien por fin este año publicará Oro líquido en cuenco de obsidiana, ganador hace tres años del mismo premio que Salinas Basave.

Magaña reconoce que a veces es porque "uno se empecina en querer publicar en editoriales más comerciales", mientras que Esteban Hinojosa, ganador del Premio de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2013, por Margarita Rosa, considera que está bien recibir un cheque y seguir siendo el único dueño de los derechos.

¿Cuál es la finalidad de premiar un libro cuya publicación no está garantizada?

El INBA ofreció responder a la pregunta si se le enviaba por escrito, pero, a más de una semana, no hay respuesta.

César Silva, ganador del San Luis Potosí de Cuento 2011, tampoco publicado, lo pone así: "Imagínate que en una editorial hay 20 libros antes que el tuyo, y entonces ganas un premio y a tu libro lo empujan hasta mero arriba, pero eso no es garantía de que les interese".

No todos los premiados se quedan sin publicar...

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