La Presidencia de la Unión Europea

AutorFrancisco Seixas Costa

El nuevo milenio se ha iniciado en Portugal dirigiendo los destinos de la Unión Europea. Por segunda vez, Lisboa está conduciendo durante seis meses una Europa que hoy se enfrenta a nuevos y grandes retos y que busca, a través de su amplio espacio libre circulación de personas, de productos y de capitales, apoyado en una moneda única, afirmarse como una potencia a escala mundial capaz de transformar su capacidad económica en un proyecto político sólido y eficaz.

Con un conjunto de más de 13 países pretendiendo la entrada en el actual "Club de los Quince", la Unión Europea se enfrenta con la necesidad de garantizar que esta ampliación geográfica sin precedentes -con relevancia especial para los Estados ex comunistas del Centro y Este del continente- no se lleve a cabo con perjuicio del importante conjunto de políticas comunes que, desde hace más de 40 años, ha sido laboriosamente construido y desarrollado.

La Unión Europea que Portugal deberá dirigir el próximo semestre tiene además, ante sí misma, la necesidad imperiosa de encontrar soluciones que permitan en asuntos de seguridad y defensa evitar en el futuro situaciones como las que se producen en Kosovo y tener una capacidad autónoma para reaccionar ante las crisis de su horizonte estratégico inmediato. La idea de crear una fuerza europea independiente, aunque articulada con la OTAN, es un proyecto cuyas bases tendrán que ser lanzadas por Portugal y que tiene ante sí la dificultad de conciliar la voluntad de países con culturas de defensa muy diversas, fruto de trayectos históricos diferentes, que es importante respetar y conciliar.

La dimensión exterior

Pero también será en el plano exterior que la Europa del nuevo milenio va a ser puesta a prueba. Será interesante ver cómo el marco de relaciones internacionales del Viejo Continente se estabiliza y cómo será posible hacerlo compatible con el refuerzo de las dimensiones de su tejido interno de políticas. Históricamente está probado que Europa sólo perdió cuando se cerró sobre sí misma y que fue en el desarrollo de su relación -política, económica y cultural- con el resto del mundo que halló su grandeza y las bases para la prosperidad de sus pueblos.

La Presidencia portuguesa va a empeñarse en el desarrollo de las relaciones exteriores de la Unión Europea procurando naturalmente dinamizar con especial atención las relaciones con los Estados y regiones con los que Portugal tiene lazos históricos y culturales más estrechos. Mi país, que...

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