Presume Austria cárceles modelo

AutorYaotzin Botello

Corresponsal

BERLÍN.- El sistema de justicia de Austria sostiene que la mejor manera de reformar a un delincuente es no llevarlo a prisión. Y si tiene que ir, se le envía a cárceles modelo, como la de Leoben, que tiene más apariencia de apacible hotel que de lugar punitivo.

"(Estas ideas están plasmadas) en una ley penitenciaria donde se reclasificó el término 'sentencia de cárcel' para encontrar otras maneras de castigo", explica el criminólogo austriaco Wolfgang Gratz, principal promotor de los cambios en este rubro.

A las personas que delinquen por primera vez o las que cometen delitos menores se les plantean diversas alternativas, como el pago de multas, hacer labores sociales o pasar en prisión sólo las noches.

La cárcel es, pues, considerada el último recurso.

En caso de no poder evitarse, la justicia de la nación europea está obligada a revisar el caso al menos una vez al año para evaluar si la sentencia sigue siendo necesaria.

La reforma penal de Austria, de mediados de 1970, permitió que el país dejara de encabezar en sólo una década la lista europea con más presos por habitante.

Ahora, no es la mejor en el Viejo Continente, pero ha escalado posiciones.

Entre las mejoras implementadas se encuentran las nuevas cárceles que se están construyendo en el país que, además de seguir los lineamientos obligados, juegan con un diseño arquitectónico moderno.

Ese es el caso del Centro de Justicia Leoben, abierto en 2005, y desde entonces considerado como ejemplo de un edificio para la administración judicial.

El inmueble ha ganado varios premios de arquitectura, pero sus críticos lo ven como un centro vacacional.

"Desde los años 70 no se permiten en Austria los castigos físicos, es decir mala alimentación u oscuridad, por eso esta cárcel se ve muy diferente", dice Josef Hohensinn, el diseñador de la prisión.

Hohensinn nunca había planeado una cárcel y estudió detenidamente el tema. Ahora, es el encargado de levantar otros cuatro centros de reclusión.

La comparación con centros vacacionales se centra en que hay arte en la construcción e incluso exposiciones dentro de la misma. También tiene espacios más luminosos y con mejor ventilación, y cada una de las celdas cuenta con inodoro y regadera.

En otras áreas se encuentra mobiliario que, aseguran, no huele a prisión, sino a esos diseños de madera sencillos, pero famosos que se venden en Europa.

El cambio más radical desde el punto de vista arquitectónico fue crear espacios para que los...

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