Pretenden proteger arquitectura citadina

AutorDora Luz Haw

La Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó el pasado 31 de diciembre una ley que crea un marco jurídico para proteger edificios, plazas, plazoletas, parques y espacios abiertos del descuido y abuso de los propietarios, así como de las decisiones arbitrarias de los delegados, iniciativa que aunque algunos especialistas aplauden, otros descalifican y consideran inviable.

El diputado panista Jesús Galván presentó el proyecto de la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Urbanístico Arquitectónico del Distrito Federal en abril del año pasado y, después de algunas discusiones al interior de la Asamblea quedó listo un texto de 34 cuartillas, con 130 artículos.

"Se necesitaba un instrumento jurídico que permitiese a la autoridad local ejercer las facultades de salvaguarda en la materia ya que las leyes federales no pueden abarcar todo.

"Creo que la riqueza arquitectónica de una ciudad como ésta puede convertirla en un foco de turismo importantísimo que le traería beneficios en todos los sentidos", asegura el candidato a senador.

En opinión del cronista Alberto Barranco Chavarría esta es la ley más importante que se haya hecho en materia de salvaguarda ya que considera un horizonte que ni el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ni el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) contemplan en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (publicada en 1972).

"No existía una reglamentación que concertara las acciones del Gobierno del Distrito Federal en ese sentido y que orientara y limitara a los funcionarios en turno.

"Evidentemente es una ley semilla a la que se le pueden encontrar deficiencias, pero lo importante es que, ya plantada pueda crecer y mejorar", señala.

En cambio Víctor Jiménez, historiador arquitectónico, considera que este ordenamientos proviene de gente conservadora para quien sólo existe el pasado y cuyos lineamientos intentan preservar un mundo idílico que va en contra de lo que la ciudad es.

"Es indispensable plantear una política urbana global para mejorar la calidad de vida de la ciudad y dentro de esos planes se debe incorporar un renglón para la conservación de cosas del pasado, sin embargo, esta ley sólo nos dice cómo vamos a defender los muebles de la abuelita y no se fija en lo dinámico del contexto.

"No puede ser lo viejo lo que lleve la batuta del futuro. El discurso de fondo de la ley es que lo viejo es lo bueno y lo moderno es malo, sugiere regresar al año 1900 y no...

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