Prevalece en Europa poder del cristianismo

AutorÁngel Villarino

Corresponsal

ROMA.- Nada impide legalmente que el Rey Juan Carlos de España se declarara mañana ateo o budista. Sin embargo, esa opción no está abierta para el Monarca noruego que debe ser siempre cristiano.

"El Rey profesará en todo momento la religión evangélica-luterana, la defenderá y la protegerá", reza el artículo 4 de la Constitución de Noruega, uno de los campeones del liberalismo social en Europa.

Paradójicamente, en el sur del Continente, donde más europeos se autodefinen como cristianos, el poder del clero y su vinculación legal al Estado está menos afianzado que en el norte, una región teóricamente más secularizada.

En Europa, lamenta El Vaticano, el poder de la Iglesia se erosiona a un ritmo mucho más acelerado que en el resto del mundo, sin embargo, son precisamente las democracias del Viejo Continente las que más "presencia divina" exponen en sus constituciones y códigos legales.

El debate sobre la relación entre Iglesia y Estado se plantea en todos los países europeos y es una de las cuestiones de actualidad en el Estado Vaticano, donde el Papa Benedicto XVI ha lanzado una ofensiva contra el laicismo.

Desde el decreto que creó la Santa Inquisición, el sur de Europa y sus ex-colonias tienen fama de ser feudo inexpugnable del clero cristiano.

En realidad, son precisamente los Estados ribereños del Mediterráneo y las naciones americanas los que han establecido la división más clara entre Estado y Religión.

En el territorio de las iglesias protestantes, empero, el vínculo entre ciudadanía y fe cristiana es a menudo inextricable.

Mientras, ningún Estado del sur de Europa hace oficialmente caso a Dios.

Incluso Italia, donde la influencia de la Iglesia Católica es omnipresente, se declara "independiente de la Iglesia" en el artículo 7 de su Constitución, que señala los Pactos del Letrán establecidos por Mussolini en 1929 como base para la relación entre ambas entidades.

Pero incluso en los países en los que la Constitución es estrictamente laica, la religión se introduce a menudo en la vida pública a través del código legal.

El campo preferente es el de la Enseñanza. Así, casi todos los países europeos incluyen la asignatura de la religión en el currículo escolar.

En los países que incluyen la religión como asignatura en los planes educativos, se diferencian dos conceptos: los que ofrecen esta temática como una clase confesional que servirá para educar a los niños en la "fe verdadera" y aquéllos que la consideran como una ciencia...

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