Reflexiones/ Primer Informe

AutorMauricio González

El Informe presidencial es una oportunidad que los titulares del Ejecutivo gustan aprovechar de diversas maneras. Aún se recuerda el exceso irracional de José López Portillo al nacionalizar la Banca e imponer un control de cambios, así como la perpetua lluvia de cifras, de Echeverría a Salinas, cuya monotonía era capaz de desinteresar al ciudadano más aplicado en seguir los menesteres del Gobierno.

Este amplio espectro al que estamos acostumbrados se sumó a la curiosidad de saber cómo abordaría el primer Presidente no priísta del México moderno su Primer Informe , el 1 de septiembre del primer año de este siglo. Demasiados "primeros" para pasar desapercibidos. De ahí un interés mayor al de costumbre por el evento mencionado.

En la cuestión económica el contenido del Informe presidencial fue equilibrado. Se informó poco, porque se ha hecho poco. Formalmente los informes presidenciales son un acto obligatorio para explicar el estado que guarda la administración pública. Además de este requisito constitucional, son ceremonias para medir la actitud, el tono, el lenguaje y las maneras que los Presidentes utilizan para rendir cuentas y, demostrar su control del futuro. Estas referencias permiten determinar las virtudes o desaciertos de la conducción gubernamental o, por lo menos, del mensaje que los Presidentes desean transmitir al respecto. Los prolegómenos a este Primer Informe presidencial, conducidos por Diputados de diferentes fracciones, coincidieron en diversos reclamos en materia económica: la falta de atención al desarrollo social y al sector agropecuario; el incumplimiento de las promesas de crecimiento económico y empleo y el rechazo a la propuesta fiscal del Gobierno quizá son los principales.

En el mejor de los casos, la defensa gubernamental frente a estos reclamos me parece débil. Cierto que las pocas estadísticas económicas citadas en el mensaje presidencial se utilizaron para sustentar el compromiso de justicia social que este Gobierno ha establecido con los pobres y para destacar el esfuerzo de atención al campo. Se habló de un crecimiento significativo del gasto para combatir la pobreza (16 por ciento más en términos reales que el año pasado y seis millones de familias que han recibido algún apoyo). Asimismo, se enfatizó que ahora los recursos de Procampo se entregan a

los campesinos por adelantado y que estos han recibido más del doble que el año anterior. Efectivamente los recursos canalizados por este programa en lo que va...

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