La prisión verde de Latinoamérica

AutorDiana Lucía Álvarez

Enclavado en una Reserva de la Biósfera, en el complejo carcelario de Islas Marías se capta la lluvia, se reciclan los desechos y se cultivan los alimentos que consumen los presos

Estaba vieja y sucia. Su nombre era referencia de hambre, abandono e historias negras. Causaba escalofríos a cualquier mexicano amenazado con habitarla.

En algún momento voltearon a verla. Tiene potencial, decidieron. En menos de cinco años la habían transformado.

Al visitar a la mayor, hace unas semanas, era imposible reconocerla. Nada que ver con la imagen de la película de los años 40 de Pedro Infante. Ahora está limpia, es moderna y usa tecnología de punta. Se llama María Madre, la mayor de las Islas Marías, en donde se ubica el complejo penitenciario más grande de México.

En 2008 la cárcel de Islas Marías tenía 650 presos. Ahora alberga a 8 mil internos y mil 200 empleados federales, el equivalente a ocho centros penitenciarios. Un crecimiento superior al mil 100 por ciento. Además, la capacidad del complejo podría llegar a 12 mil presos si se dota a la isla con la infraestructura necesaria para otros cuatro centros.

Al recorrer la isla, a través de los 52 kilómetros de la nueva carretera, se observan los centros con infraestructura de primer nivel diseñados para un sistema de semilibertad, donde no hay hacinamiento y los reos participan en la conservación de los recursos naturales dentro de un esquema de reinserción social.

El complejo penitenciario produce el 75 por ciento de la proteína y alimentos perecederos que demanda, se capta la lluvia y se recicla el 95 por ciento del agua utilizada, se han reciclado y confinado los desechos sólidos acumulados en 105 años y están próximos a generar energía limpia aprovechando las corrientes marinas.

"Por ello puedo confirmar que el complejo penitenciario es una entidad sustentable", dice Patricio Patiño Arias, subsecretario del Sistema Penitenciario Federal, de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

RESERVA DE LA BIÓSFERA

Enclavadas en el Océano Pacífico, a 112 kilómetros de Nayarit, de las tres islas sólo la Isla María Madre está habitada. Las otras dos son María Magdalena y María Cleofas, y el islote San Juanito.

En 2010 la UNESCO las declaró Reserva de la Biósfera, sitio protegido en donde se debe realizar una gestión controlada de la biodiversidad y se deben aplicar prácticas de desarrollo sostenible.

En ese contexto, explica Patiño Arias, el complejo penitenciario debe administrarse con un esquema de...

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