El profeta de la aldea... global

AutorGonzalo Soltero

Marshall McLuhan (1911-1980) marcó el lenguaje con que nos referimos a la realidad contemporánea con expresiones como la "aldea global". ¿Pero a qué se refería exactamente y qué tanto se han cumplido algunas de sus predicciones expuestas en tres libros básicos: La aldea global (1962), La comprensión de los medios (1964) y El medio es el masaje (1967)?

La idea primordial de este autor canadiense es que las nuevas tecnologías tienen efectos sobre nuestra cognición, lo que a su vez afecta la manera como nos organizamos socialmente. Entre esas tecnologías estuvieron previamente el alfabeto y la imprenta; ahora están las electrónicas a través de las cuales los medios reestructuran nuestra convivencia social y vida cotidiana. Por lo tanto, para entender los cambios sociales y culturales de una era es indispensable entender dichas tecnologías y los ambientes que generan.

McLuhan escribió en los 60 que la Tierra se había contraído a las dimensiones de una aldea (la famosa "aldea global") gracias a la tecnología electrónica, que permite el movimiento instantáneo de información de manera simultánea entre varios lugares sin importar qué tan alejados estén. En esta aldea donde el tiempo y el espacio se vuelven irrelevantes, la electricidad convierte al planeta en un circuito de resonancia tribal que apela más a las emociones que a la razón; un campo simultáneo de asuntos humanos donde las señales resuenan como el tam-tam de los tambores.

Cotidianamente recibimos evidencia de lo que McLuhan aventuraba. Que el grito delirante de un borracho en las calles de Nayarit (¡FUAAA!) reverbere por Twitter hasta la televisión en cadena nacional, y de ahí su eco rebote de nuevo por otras redes como Facebook, es un claro ejemplo de la oralidad tribal que McLuhan avizoraba. La retribalización también se puede relacionar con subculturas como los emos, que desarrollan sus características grupales y pautas de conducta desde Internet, más que de su propio entorno. En las redes sociales gente que no reconoceríamos en la calle pasa a formar parte de nuestra tribu; estamos al día de sus gustos, parejas y opiniones. Entre sus aforismos McLuhan adelantó una de las mejores definiciones sobre esta red social: "Demasiada gente que sabe demasiado sobre los demás". Las expresiones en esos entornos son breves, con frecuencia interjecciones y onomatopeyas: más señales orales que se envían textualmente.

McLuhan alertó sobre un gran cambio cultural desde sus umbrales. Vio las...

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