Promesa cumplida

AutorEdgar Contreras

ENVIADO

PACHUCA.- El héroe del Pachuca-Pumas es un niño al que no se le ocurre otra cosa mejor para festejar que ir a cenar con su madre.

Juan José Calero tiene 17 años y ya tuvo a un estadio a sus pies. El apellido en su dorsal carga una conexión emocional con la tribuna; tremenda herencia. Él ni siquiera tiene edad para conducir.

Mientras los futbolistas del Pachuca abandonan el Hidalgo con sus parejas en sus lujosos automóviles, el delantero se ubica en el asiento del copiloto, en donde su madre Sandra Sierra lo tupe a besos. Cosas del destino, Juan José celebra sus primeros dos goles en el Máximo Circuito ante el mismo rival contra el que su padre Miguel se despidió del futbol.

"Mi papá representa todo. Fue él quien me inculcó la pasión por el Pachuca y por el futbol", dice a CANCHA.

Juan José tenía 13 años cuando su padre falleció. Desde entonces, cada paso en su carrera es una promesa cumplida: debutar en Primera con los Tuzos, jugar para la Selección de Colombia, dedicarle cada gol...

Han pasado cuatro años desde la partida de Miguel y los Calero siguen íntimamente vinculados al Pachuca. Desde un palco del Hidalgo, Sandra Sierra celebra los goles con las cónyuges de los jugadores colombianos.

"Estaba con las esposas de Óscar Murillo y de Stefan Medina y nos dio por llorar a las tres...

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