Protegen al diamante del comercio ilegal

AutorMáximo Kuri

REFORMA/ Canadá

VANCOUVER.- Casi de la noche a la mañana, Canadá se ha convertido en uno de los principales productores de diamantes, y su nueva presencia en la industria está ayudando a transformar rápidamente uno de los negocios más secretos del mundo.

Hasta ahora, el comercio de los diamantes ha sido una actividad en la que sigilosos mercaderes, rodeados de lupas y básculas en salones ocultos de Amberes y Nueva York, cierran tratos por millones de dólares con un simple apretón de manos.

Pero, los ataques del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos, y el uso -cada vez más común- de los diamantes para apoyar actividades clandestinas, han convencido a los Gobiernos de que el intercambio mundial de joyas se debe reformar.

Para comenzar, desde el 31 de agosto pasado, solo 54 países pueden importar y exportar diamantes libremente entre sí.

"El proceso sigue abierto a todos los países que quieran participar y es inclusivo", dijo Dorothée Ngolo, de Partnership Africa-Canada, una ONG que forma parte del comité que decide qué países califican para pertenecer al grupo comerciante.

Canadá es uno de los miembros del comité de participación que determina quiénes entran al Proceso Kimberley.

Los demás miembros del comité son Angola, la Comunidad Europea, Rusia, Israel, Sudáfrica y Estados Unidos, junto con dos organizaciones no gubernamentales (Partnership Africa-Canada -PAC- y Global Witness), y el Consejo Mundial de los Diamantes.

La idea se inició en la ciudad de Kimberley, Sudáfrica, en Mayo del 2000 para tratar de acabar con el problema de los diamantes "sangrientos" o "de conflictos".

Esas piedras, a menudo extraídas en territorios controlados por movimientos insurgentes o robadas han servido para comprar armas y fomentar guerras en Angola, Sierra Leona y la República Democrática del Congo, en conflictos que han causado la muerte o la mutilación de millones de personas.

Diversas organizaciones calculan que los diamantes "sangrientos" constituyen entre el 4 y el 10 por ciento del total mundial, aunque PAC considera que el 20 por ciento de los diamantes es ilícito.

El proyecto para rastrear el origen de los diamantes es ambicioso. Expertos talladores en varios países del mundo pulen más de 850 millones de ejemplares de todos tipos y tamaños anualmente.

Sin inmutarse, los integrantes del sistema de certificación Kimberley ya están exigiendo certificados de origen de alta seguridad para importar o exportar cada diamante.

Las piedras, ya sea en...

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